La reciente encuesta sobre el independentismo en Catalunya según tramo de renta es reveladora: es mayoritario sólo en la clase media y alta, confirmando la vieja idea más o menos marxista de que el nacionalismo es en el fondo una pasión burguesa. Digamos (muy a lo bruto, ya lo se) que, siendo Catalunya el territorio más rico y famoso de España -lo segundo sobre todo desde la Olimpiada de 1992-, el motor de tantísimos catalanes más bien ricos afectos a la independencia sería ser más ricos y famosos, librándose de repartir con regiones pobres y saliendo de paso en todas las portadas. Así que, aunque haya otras cosas más respetables por medio, hoy en el núcleo duro dominarían codicia y exhibicionismo, la primera siempre vestida de otras ropas, y la segunda disfrazada incluso de causa en bien de la humanidad, como si fuera una ONG.
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