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La FP Dual: una oportunidad para el empleo

El modelo de Formación Profesional Dual consiste en combinar la formación del centro educativo con una formación en empresa retribuida, y está implantada en muchos países de Europa del Norte a partir de los años 50, cuyo máximo exponente es Alemania. En mitad de la crisis económica, surgen a nivel estatal una serie de medidas legislativas para intentar paliar la elevada tasa de desempleo juvenil que llega al 51%, entre las que destacaba el RD 10/2011 de medidas urgentes para la promoción del empleo de los jóvenes, y el RD 1529/2012 que desarrolla el contrato para la formación y establece las bases de la FP Dual. Este cuerpo legislativo básico propició una avalancha normativa diferente en las 17 comunidades autónomas, que intentaban exportar el sistema de FP Dual en España, donde desde hace años se habían estudiado e implantado experiencias con este modelo. Recordemos por ejemplo el proyecto Biotec-Dual desarrollada entre instituto-empresa por el Gobierno de Navarra en 1999, o la publicación ese mismo año de la editorial valenciana Nau Llibres sobre la «Formación Profesional dual: una intervención reflexiva».

El gran problema y reto a la vez de la implementación de este modelo en nuestra FP Reglada es que depende de la voluntad de los empresarios, que deben ofrecer las plazas de aprendizaje en prácticas, destinando un tutor de empresa para dar esa formación y asumir un salario para el alumnado-aprendiz. Esto supone de facto que el mundo empresarial y la Administración (Estado y comuniodades autónomas) comparten la responsabilidad del funcionamiento y gasto de la FP Dual. Y en este punto es donde se generan las dudas de cómo articular este modelo, ya que el tejido de la Comunidad Valenciana está constituido en un 98% por micropymes, lo cual dificulta enormemente la oferta de plazas en prácticas necesarias para extender un modelo que, además, necesita de empresas comprometidas para dedicar recursos humamos y económicos para su puesta en marcha.

La FP de la LOGSE incorporó un módulo (asignatura) obligatorio de Formación en un Centro de Trabajo de 400 horas en empresas sin retribución. Ahora el reto está en que una parte de ese alumnado (los del sistema de FP Dual), reciban una retribución, y cómo se seduce a las empresas para que se hagan cargo de ese gasto, que en realidad es una inversión en formación. Para todo ello hace falta voluntad, mucha pedagogía, dinero y ganas de trabajar.

Lo primero es establecer una máxima: la formación en la empresa es siempre complementaria de la impartida por el centro educativo, que da la transversavilidad de la formación para desempeñar distintos trabajos con un mismo título. Si llevas un estudiante a hacer prácticas a una empresa que fabrica cuadros eléctricos, también debe ser capaz de realizar reparaciones eléctricas o labores de mantenimiento. Lo segundo es explicar a las empresas en qué consiste la FP en general y la FP Dual en particular. Hay que implicar a las asociaciones empresariales y es necesario ayudar a las empresas para asumir la burocracia y los costes económicos que conlleva en un momento de post-crisis. A nivel estatal se ha de estudiar, para quienes tengan alumnado en prácticas, ventajas fiscales, rebajas en las cotizaciones de FP a la Seguridad Social, ayudas a la formación de los trabajadores de las empresas implicadas, reestructurar el contrato de formación, etc. Lo tercero es que las comunidades deben simplificar los trámites administrativos, abrir vías de formación para los tutores de empresa, reconocer la labor del profesorado y dar más horas lectivas para el seguimiento de las prácticas, facilitar puestos de prácticas en empresas y también en las consellerias, diputaciones, ayuntamientos, etc.

En el curso 2015-2016, en nuestra Comunidad cursaron FP Dual 1.977 estudiantes de 91.000 matriculados en FP, un escaso 2%, lo que demuestra que existe aún mucho potencial para la implantación de este modelo que debe complementarse con el resto de modalidades de FP. Es necesario un apoyo decidido del conjunto de la sociedad y sobre todo de los agentes implicados: profesores, institutos, administraciones, empresas, y sindicatos. También son fundamentales las acciones positivas que pongan en valor la FP como elemento estratégico para el empleo, como el desarrollado estos días en Valencia, el III Foro por la Alianza para la FP Dual, promovida y coorganizada por la Fundación Bertelsmann y la Fundación Bankia.

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