Cuando llueve, cuando nieva, cuando hace calor, cuando no llueve, cuando hace frío, cualquier aspecto de la vida cotidiana se analiza con la opinión del viandante. Es fantástico ver cómo en New Orleans, China, Ciudad del Cabo, Moscú o Benejama los comentarios son los mismos;

-En treinta años que llevo aquí nunca había caído tanta agua.

-Este calor en esta época no se conoce aquí.

-Mire cómo ha dejado mi casa la inundación por encima de los muebles.

-Nevar en la playa aquí no se había visto nunca.

Las encuestas son otra cosa, más o menos reflejan, toman pulso al momento y nos acercan a la realidad y la realidad en política es que ya se acabaron las mayorías absolutas, el pacto es la única estrategia en el futuro. Por eso creo que todo este espectáculo debe terminar y comenzar la próxima legislatura con renovación total de nombres e iniciativas en el consistorio. Es muy interesante ver cómo la forma de hacer política se limita a acabar con el oponente y no poner ni un poco de buena voluntad para resolver las múltiples carencias de nuestro día a día. Eso es triste.

Entre otras cosas empieza una temporada que va de Semana Santa a octubre en la que nuestra ciudad se llena de turismo, llega dinero y gente de fuera y evidentemente les daremos de comer, fiesta, cobijo algunos se quedarán para siempre, otros no volverán, pero el asunto es que volveremos a perder la oportunidad de conseguir miles de referidores en todo el mundo que difundan nuestra oferta a los cuatro vientos. Hablarán de las propuestas originales de nuestra ciudad, de la inmaculada limpieza de nuestras calles y playas, del exquisito trato de la Administración a cualquier problema que tengan (¿se acuerdan de lo de la grúa y los ingleses?), los impresionantes iconos que ofrece la capital, ¿o no?

Otro año turístico transmitiendo la nada puede salirnos muy caro. En positivo; la opinión de la gente que pasa por nuestra ciudad es una imprescindible promoción. Yo les hablo a quien me pregunta de cómo ha cambiado Málaga o Cartagena, de lo que me enseñó el casco antiguo de Cáceres o lo que merece la pena ver en Madrid, en Mérida o en Cádiz. Y puedo levantar ese impulso por visitar, por conocer, por ir.

De Alicante les digo que el clima no se carga ni la combinación de administraciones beligerantes y que vayan a la playa, al Marq y al Mercado Central. Suban al Castillo aunque no saben sacarle su potencial y Santa María es pequeña pero sincera. El casco antiguo y Santa Cruz de día es la pera y que elijan bien dónde comer.