De los valencianos, en general, podrán decir cualquier cosa, pero no que no somos emprendedores y que no creamos escuela, incluso tendencia. Lo que pasa -creo- es que la «tendensia» que creamos parece que no es todo lo buena que cabría esperar para el resto de los compatriotas, que empiezan a mirarnos como «bichos raros» y no como antes, que lo hacían con cierta envidia, puesto que éramos -¡y en muchos aspectos seguimos siéndolo!- cabeza de ratón y no cola de león; o sea, referentes en el desarrollo económico de este país, antes llamado España, que, según el general, era «una, grande y libre», mientras que ahora, sólo hay que mirar a nuestro alrededor, es «muchas, pequeñas y cabreás», pero que, al paso que va la cosa, terminará siendo más pequeña todavía; casi -¡con perdón!- como una «cagarrutica» de borrega. Eso sí, siempre nos quedarán las políticas integradoras de nuestro Gobierno, con las que el «mestizaje» será algo normal, como, por ejemplo, sería el caso del «moreno» que juega en el Atlhetic Club de Bilbao y en la selección española sub-21, Iñaki Williams, que tira por tierra la teoría del ex presidente del PNV, Xabier Arzalluz, que aseguraba que los vascos tienen un RH especial, lo que les diferencia del resto de españoles, aunque el propio «ex mandatario nacionalista vascuence» aseguraba que no era racista porque «prefiero un negro que hable euskera a un blanco que lo ignore». ¿Cómo se habéis quedao?

Pero no es cuestión de desviarnos del tema que nos ocupa y después de lo que ha pasado en los primeros cien días del gobierno de Pedro I «el Advenedizo», nos reafirmaremos en que «el valenciano tiene otro feeling y crea tendencia». Sólo tenemos que fijarnos en que en los tres primeros meses de «gobierno sanchista» han dimitido dos ministros y una secretaria de Estado. ¡Dos de ellos, Maxim Huerta y Carmen Montón, son valencianos, el primero de Utiel y la segunda de Burjasot!. Se les enseñó la puerta de salida por fraude fiscal y por un máster «adulterado», respectivamente. ¡Huerta batió el récord «de permanencia»;sólo duró seis días en el cargo, tiempo suficiente para meter la gamba en tres o cuatro ocasiones, por ejemplo cuando soltó un par de «perlas» hablando de fútbol y tenis!

La tercera dimisionaria fue la directora general de trabajo, Concepción Pascual, nacida en la localidad turolense de Alcañiz -cercana a la CV- por colarle «un gol por toda la escuadra» a su ministra, Magdalena Valerio (natural de Torremocha, provincia de Cáceres), al autorizar -incluso se publicó en el BOE- la creación de un sindicato de prostitutas, profesión/actividad que no está reconocida en España y que está considerada como ilegal. ¡La que liaste, pollito!

Pero como no es bueno ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, si en el PSOE atan los perros con longanizas -espérate que hay quien asegura que el presidente Sánchez plagió su máster y que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, también falseó su currículum con un máster que nunca cursó, porque no existe y que luego fue borrado de su biografía colgada en el web oficial de Moncloa, además de estar metida en una denuncia por prevaricación en nombramientos irregulares en Andalucía-, Pablo Casado, el jefe pepero, aunque no es valenciano tiene relación con esta tierra, ya que su pareja/esposa es de Elche, «parese» que se le ha «pegao» algo al «sagal», en plan Cristina Cifuentes. Hay una cosa que llama la atención, por lo menos a mí: Montón, Casado y Cifuentes «hicieron» -¡es un decir, claro!- sus másteres en la misma universidad, que es en la que mi sobrina Marina ha cursado su carrera y en la que no quiere hacer ningún máster, ni trabajo fin de carrera, por el desprestigio que tiene ahora mismo la citada institución académica.

En todas partes cuecen habas, pero no me negaréis que en la CV tenemos más chorizos por metro cuadrado que en el resto de autonomías, aunque en la andaluza -¡con el caso ERES!- o en la catalana -¡con los affaires Pujol o Palau!- nos ganan por goleada. No se dice en su biografía, pero hay historiadores que aseguran que Al Capone aprendió su oficio en la CV, porque los valencianos creamos escuela y tendencia. ¡Más vale tener que desear, y en Oleza sabemos de qué va la cosa!