Si miramos hacia atrás, en el 2018 se detectó un incremento relevante de la licitación de obra pública tanto a nivel nacional como en nuestra Comunidad, cerca del 38%, comparado con el mismo periodo de 2017. A este aumento contribuyeron de forma muy importante la Administración General del Estado y las diputaciones y ayuntamientos y, de forma muy negativa, la Generalitat Valenciana, con un descenso en la licitación del -31% respecto al mismo periodo de enero a septiembre de 2017.

Al hilo de la baja licitación de la Generalitat Valenciana, y para añadir un poco más de leña al fuego, hay que resaltar la reciente encomienda de gestión que ha realizado la Conselleria de Justicia a la Empresa pública TRAGSA, adjudicándole de forma directa la redacción del proyecto y la ejecución de las obras de la Adecuación Funcional de la Sede del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana por importe de casi 25 millones de euros, evitando de esta forma que dicho proyecto salga a licitación con pública concurrencia y pueda ser ejecutado por constructoras privadas. Obviamente, esta encomienda de gestión está siendo analizada por las distintas federaciones empresariales y por la CNC para ser recurrida, por entender que pueda atentar contra la libre competencia.

Y ya entrando a valorar la propuesta de los Presupuestos Generales del Estado para 2019, no voy a incidir más sobre lo que ya sabemos: que nuestra Comunidad Valenciana ha sido bien tratada y va a recibir un 9,8% de la inversión total, pero que nuestra provincia se va a tener que conformar con un pírrico 2,1% de inversión, es decir un 40% menos o 180 millones de euros menos de inversión de lo que le correspondería por población. Esta situación de maltrato podría ser menos relevante si no arrastráramos un déficit de inversión histórico en la provincia de Alicante que, finalmente, se traduce en pérdida de competitividad para nuestras empresas y de bienestar para los alicantinos. A consecuencia de lo anterior, la propuesta de Presupuestos no incluye consignación suficiente para licitar y/o acometer en este año proyectos tan importantes como la conexión ferroviaria al Aeropuerto de El Altet o al Puerto de Alicante, el Tren de la Costa, la reparación del embalse de San Diego, la variante de Altea o la duplicación de la variante de Torrevieja, que tan necesaria resulta para resolver los atascos, tan antiguos como vergonzantes, que se producen en épocas estivales; en todos estos casos se consigna un pequeño importe que, en algunos casos, se arrastra de Presupuestos de ejercicios anteriores para estudios previos.