Leo con asombro las declaraciones del nuevo edil de Cultura, Antonio Manresa, en las que manifiesta que se va a invertir 110.000 euros para una primera intervención (supongo que se refiere a restauración) y que más adelante se plantean más intervenciones (vuelvo a suponer que se refiere a restauraciones) para la fuente de Levante. A renglón seguido nos dice que «no se baraja en ningún momento el traslado de las mascletás». También hemos oído del edil de Cultura, que un arquitecto (suponemos que imparcial) hará una valoración. Restaurar para destruir al año siguiente, no tiene mucho sentido.

Desde el Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Alicante, se elaboraron en 2016 unos informes científicos llevados a cabo por los ilustres catedráticos, F. Javier Baeza, Salvador Ivorra, David Bru y F. Borja Varona, en el que concluyen el daño excesivo que provoca las mascletás sobre la fuente. Al mismo tiempo los análisis realizados constatan cómo las aceleraciones máximas superan los límites recomendados en diferentes estándares europeos y pueden dañar la estructura de hormigón de la estación de metro subterránea. De ser así, el gobierno municipal estaría incumpliendo el artículo 46 de la Constitución Española: «Los poderes públicos garantizarán la conservación y promoverán el enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos de España y de los bienes que lo integran, cualquiera que sea su régimen jurídico y su titularidad. La ley penal sancionará los atentados contra este patrimonio», por lo que podría ser causa de denuncia ante el Tribunal Constitucional.

El monumento está sumamente deteriorado y aún no ha cumplido los 100 años. Es cierto que el paso del tiempo, el tráfico rodado y el TRAM, no le hace ningún favor; precisamente por eso, somos muchos los alicantinos que no comprendemos la razón por la que año tras año (durante 25 años) se celebra el concurso de mascletás en ese lugar. Si el propio edil reconoce la fragilidad del monumento, por qué razón no decide trasladar las mascletás a un lugar más seguro. Está más que demostrado que las múltiples grietas y desprendimientos están producidas por los terremotos fogueriles, que alcanzan hasta 115 decibelios.

Durante el mandato de Sonia Castedo, el equipo de gobierno decidió el traslado de las mascletás a la plaza de la Estrella. Era el lugar idóneo (según palabras de la antigua alcaldesa) mucho más amplio, en el centro de Alicante comercial y sin peligros para cualquier monumento. Se anunció en los medios a bombo y platillo, fue portada en este diario, todos estaban de acuerdo (hasta los festeros? ¿o no?). Entonces, ¿qué pasó? ¿Cuál es la razón por la que dieron marcha atrás?

La fuente de Levante en el centro de la plaza de los Luceros, es uno de los monumentos más importantes de la ciudad de Alicante. Esta estructura modernista fue construida por el artista Daniel Bañuls en 1930, en breve se cumplirá el centenario. A algunos no le gusta, una gran mayoría de alicantinos la adoran por su extrema belleza.

Alicante no es una ciudad que se caracterice por sus monumentos y edificios emblemáticos. Desde de los años 60, fueron cayendo algunas joyas como el cine Monumental, el antiguo Club de Regatas, el abandono del cine Ideal y un largo etcétera. Esperemos que algún día no tengamos que lamentar la caída por los suelos de la fuente de Levante o de los «caballitos» como popularmente se conocía.