Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Adivina, adivinanza

En defensa de los algoritmos y en contra de la falta de transparencia y de la ignorancia

El futuro pertenece a los que creen en la belleza de sus sueños (Eleanor Roosevelt). La mejor manera de predecirlo es reinventándolo.

1. La verdad es que no alcanzo a entender bien al ser humano. Quizás sea yo un poco autista porque voy a mi bola y no me gusta beber de las fuentes de moda. De hecho me resbala lo que realmente piense la gente de mi. Sé que algunos me consideran como un iluso-utópico-soñador. Me da igual, yo sé lo que me traigo entre manos y que no vendemos humo. Sabemos hasta donde se puede llegar y donde están los límites en las técnicas de predicción y de inteligencia artificial, que de artificial no tiene nada, porque se trata de algoritmos que implementamos los seres humanos para resolver problemas, para entender, para planificar, para optimizar, para rentabilizar, maximizando rendimientos y minimizando costes, y poder destinar lo que se economiza a otros procesos y tareas importantes. Este no es otro que el arte de la gestión y de la decisión. ¿Cómo se puede ser un buen gestor si no se posee una buena herramienta de predicción? Es simplemente imposible.

2. Me hace gracia el miedo que se ha generado en contra de los algoritmos, como si realmente fuesen el enemigo, y no la falta de transparencia, que es realmente lo que nos debería de preocupar. Al fin y al cabo un algoritmo hace aquello para lo que ha sido diseñado, o entrenado. Las personas son diferentes, poseen una serie de sesgos e intereses que nada tienen que ver con el problema que se intenta resolver o optimizar. Los seres humanos mienten como respiran, los algoritmos no. Fíjense por ejemplo en la alcaldía de Oviedo. No pasaría ninguno la prueba del algodón. Son cuasi lineales, malos jugadores de ajedrez, porque si analizásemos las decisiones que toman, rápidamente adivinaríamos cuáles son sus intereses.

3. En muchos casos el algoritmo del desfalco político utilizado es muy sencillo. Es un método de 3 pasos: 1. Se monta una empresa A que no posee ningún tipo de tecnología o de diferenciación. 2. Entran en política y ocupan puestos en los que se mueven presupuestos jugosos. No hace falta que les nombre las concejalías o consejerías, ya se las imaginan ustedes. 3. Se destinan presupuestos (o incluso subvenciones) a organizaciones B que finalmente contratan a la empresa A, que termina "supuestamente" realizando los trabajos, aunque al prescriptor se la trae al pairo; y se recomienza. No hace falta ser Kasparov, ni predecir 10 jugadas con adelanto. Este método se repite y se repite hasta la saciedad y funciona, porque hay un amplio grupo de saltimbanquis que se beneficia. Hasta Aznar invitó a los "cerebros" (por llamarlos de algún modo) de la trama Gürtel a la boda de su hija, y no se cortó ni un pelo: todo ello apareció ampliamente documentado en las revistas del corazón. Y luego cuando saltan los problemas, nadie conoce a los testaferros ni a los conseguidores y se les trata como apestados. Y súbitamente surgen las lagunas de memoria, y nadie se acuerda de lo acontecido, las mujeres no sabían lo que hacían sus maridos, y los maridos dicen que habían confiado en una tercera persona, y que éste sí sabía lo que hacía. Al menos, los algoritmos se basan en reglas claras de decisión que se pueden auditar. Yo con toda esta gente no iría ni a "pañar" duros. Pero aquí se les elige con amplia mayoría y pasean orgullosos por la calle. Y esto es válido en todo el espectro político. 4. Otro ejemplo son los gestores de fondos de inversiones: una banda. Aunque se dedican a tiempo completo al sector financiero no son capaces de realizar una mísera optimización de carteras que repercuta en beneficio del cliente. Esta teoría la creó Harry Markowitz en 1952 y recibió por ello el premio Nobel en economía en 1990. La economía es una rama que está a caballo entre las matemáticas y la sociología, y Markowitz que sabía de ambas, creó un modelo basado en los siguientes preceptos: 1. Los inversores son racionales e intentan evitar el riesgo siempre que sea posible. 2. Los inversores especulan y desean maximizar el retorno de sus inversiones. 3. Todos los inversores actúan de la misma manera y tienen acceso a las mismas fuentes de información para tomar sus decisiones.

4. Los inversores tienen acceso para pedir prestado y prestar dinero a un tipo de interés libre de riesgo. Muchos de los 4 preceptos pondrían los pelos como escarpias a izquierdistas casposos anticapitalistas que viven como Dios en un país capitalista, y también a los neoliberales engominados que basan sus decisiones en la falta de trasparencia y en la posesión de informaciones privilegiadas. Desagraciadamente hay mucha de esta bazofia en el Ibex. Pues bien, la grandeza de Harry fue que se dio cuenta que este problema de optimización no tiene solución única y que cada decisor posee un nivel de riesgo que le es propio y que desea asumir. Personalización es el secreto. La frase "A Mayor Riesgo-Mayor Recompensa" es cierta hasta cierto punto, y la diversificación, es decir, no poner todos los huevos en la misma cesta, es la manera en la que deben gestionarse los proyectos, las empresas y los negocios, con lo cual eso del foco tiene varios puntos de vista, dado que mucho foco puede ser incluso perjudicial.

5. Me escribía una amiga la semana pasada al leer el artículo "Simple Minds": "Las diferencias entre Suiza y Asturias tienden a infinito a pesar de las montañas, el verde y las escasas vacas pastando por los praos. Nuestra región posee una crisis de identidad, no sabemos quienes somos, ni lo que queremos. Hacemos análisis simplistas de la realidad y nos dejamos engañar con un puñado de euros en forma de ayudas y subvenciones que actúan a modo de parches de morfina". Poco más tengo que añadir. Conviene no olvidar y que los políticos y gestores implicados paguen por ello. ¿Siguen teniendo pánico a los algoritmos? Yo solo temo a los ignorantes, porque pueden llegar a ser violentos, a los ineptos, porque se defienden como gato panza arriba, y a los ladrones, porque nos roban a todos el futuro. Creo que me estoy haciendo antisistema.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats