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El sector inmobiliario de la provincia de Alicante, clave para relanzar el empleo y el turismo

La crisis sanitaria global del Covid-19 desembocará, según la mayoría de los organismos internacionales, en una crisis económica. Las previsiones del Fondo Monetario Internacional apuntan a que el PIB en España caerá hasta un 8% en 2020€ para después volver a crecer con fuerza, hasta un 4,3% en 2021, el mayor repunte desde el año 1999 (4,5%).

No obstante, esta crisis no tiene nada que ver con la de 2008. Entonces, la situación de la economía era mucho más débil, con un nivel de endeudamiento excesivo tanto de familias como de empresas, una burbuja inmobiliaria basada en una demanda especulativa no real y un sector bancario descontrolado. Hoy, sin embargo, la economía es mucho más solvente, con una demanda real sostenible, un nivel de endeudamiento familiar y empresarial históricamente bajo y un sector bancario saneado y disciplinado. Las empresas promotoras están muy poco endeudadas y sin apenas stock de viviendas sin vender. La crisis de 2008 se cocinó a fuego lento, y la actual viene provocada por un shock externo y limitado en el tiempo.

Alguno de los errores que cometimos entonces fueron no reconocer la situación, retrasar las medidas para superar el grave problema y cerrar el grifo de la liquidez de manera indiscriminada. Y lo pagamos con una recuperación lenta y dolorosa. Actualmente, tenemos la oportunidad de superar este infortunio sanitario de forma rápida e inteligente. Tenemos que generar empleo, relanzar la actividad económica y recuperar la confianza y normalidad. Todo ello compatibilizándolo con la seguridad sanitaria y, además, tenemos que ponernos de inmediato a la faena.

Si hay un sector capaz de activar la economía y generar mucho empleo rápidamente ése es, sin duda, la promoción inmobiliaria y el turismo residencial. Cada nueva vivienda genera 2,4 puestos de trabajo directos. Pero adicionalmente, y más importante, es el conjunto de empleos derivados de la puesta en servicio de un nuevo hogar: mobiliario, equipamiento, servicios, consumos, impuestos, etc. Cada vivienda que se adquiere representa la incorporación a nuestra economía de una familia que consume, que requiere servicios, que gasta en alimentación, ocio... La vivienda tiene un efecto acelerante de la actividad económica.

Alicante se convirtió en 2019 en el segundo mercado residencial de obra nueva más dinámico del país, sólo por detrás de Madrid y Barcelona. Conforme a las estadísticas del Ministerio de Fomento, la provincia registró 5.459 compraventas de vivienda nueva -únicamente superada por Madrid (10.612) y por encima incluso de Barcelona (5.024)-.

Alicante lidera, por otra parte, el ranking nacional de compraventa de viviendas por cada 1.000 habitantes. Según los datos de los Registradores de la Propiedad, sumó 19,96 operaciones por cada millar de ciudadanos, por delante de Málaga (18,08), Castellón (15,47) y Almería (15,36). Unas transacciones en las que tiene especial presencia el cliente internacional, seducido por toda la oferta de ocio y turística que ofrece la provincia.

En este territorio, la actividad inmobiliaria se fusiona como en ningún otro con el turismo, creando un modelo diferente y del que somos líderes. Desde Alicante surgió el término "Turismo Residencial", que convive con el turismo hotelero con naturalidad, aportando casi dos terceras partes del PIB turístico de la Comunidad Valenciana y casi el 70% de las pernoctaciones de nuestros turistas.

Según los Registradores de la Propiedad, los extranjeros adquirieron en 2019 el 12% de las viviendas vendidas en el conjunto de España, un porcentaje que en Alicante se dispara hasta el 42% y que la sitúa como destino residencial de referencia en España para el cliente internacional y líder destacado, por delante de Baleares (35%) y Tenerife (30%).

Tiene por tanto el sector inmobiliario la capacidad de activar la economía como casi ninguno otro y de generar mucho empleo rápidamente, una gran parte de éste en las capas de la población más vulnerables.

El sector inmobiliario es clave para reiniciar la actividad y desde la industria ya estamos trabajando. Las obras están en marcha, estamos apoyando a nuestros proveedores y trabajadores y nos reinventamos cada día para, a través de las nuevas tecnologías, seguir en contacto con nuestros clientes a pesar del confinamiento.

Pero también necesitamos el apoyo de las Administraciones Públicas. Es preciso que el Gobierno central implemente medidas fiscales de estímulo de la demanda; es necesario que la administración autonómica y local agilice la tramitación de los expedientes y las licencias; y se deben eliminar las trabas administrativas que en estos momentos pueden suponer la diferencia entre el ser y el no ser. En definitiva, que se entienda el modelo de negocio del Turismo Residencial.

Y por encima de todo lo anterior, pedimos que se ponga en valor el sector y a sus profesionales. No sólo fabricamos casas, construimos hogares y ayudamos a que muchos, con la riqueza que generamos, puedan progresar. Tenemos la oportunidad de recuperarnos rápidamente y continuar con nuestros planes de vida hasta antes del COVID-19. Sólo tenemos que ponernos a ello, todos, ya.

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