Sería lógico pensar que en una Comunidad como la nuestra, con la importancia que la agricultura tiene en ella, se aproveche cualquier gota de agua ante el crónico déficit hídrico que tenemos.
Por ello resulta difícil de entender lo que viene sucediendo, desde siempre, con el tema de las aguas depuradas. Es verdad que sucede lo mismo, o peor, en el resto del Estado. Aunque eso no debe justificar nuestra situación. Somos un territorio deficitario en agua y que, además, la pedimos de otras cuencas con los consiguientes problemas que todos conocemos y que, previsiblemente, irán a más con el tiempo y, además, por la propia situación de cambio climático.
Recientemente la Generalitat, a través de la EPSAR (Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales), ha publicado la memoria del ejercicio 2019. Es un documento interesante en el que se refleja el trabajo que se realiza en el tratamiento de estas aguas y su posterior reutilización en nuestra Comunidad.
Es un tema que vale la pena analizar para tratar de que se mejore cada año. La situación actual no puede decirse que sea satisfactoria. España tiene una grave asignatura pendiente con este tema. El desinterés, en todo el Estado, es vergonzoso. La falta de tratamientos adecuados, vertidos incontrolados, contaminación, etc... es crónico. Tal es así que Europa nos está imponiendo multas millonarias todos los años por esta situación que, sin embargo, se prolonga en el tiempo ante el desinterés de las diferentes administraciones.
También en el País Valenciano se necesita mejorar sustancialmente. En 2019 se han depurado 445,79 hm3 de aguas residuales. Curiosamente, hace diez años se superaban los 500 Hm3 tratados, y con menos habitantes, lo que supone un dato llamativo. El número de instalaciones sigue en 485, ya que no se ha puesto en marcha ninguna más en 2019.
Del caudal depurado sólo se han reutilizado 131,63 hm3, casi todo en la agricultura. Esto supone el 29,5% de lo depurado. O sea, que 314,16 hm3 de agua tratada, casi el 70%, en la que se ha invertido dinero público para ello y que está aquí, no se ha reutilizado directamente, teniendo que ser vertida al mar, a través de emisarios submarinos (con los consiguientes problemas), barrancos u otros espacios no siempre adecuados. Ello supone desaprovechar unos recursos impresionantes en una zona en la que hacen mucha falta. Es difícil de entender pedir recursos fuera cuando aquí no se hacen esfuerzos suficientes para aprovechar lo que tenemos. Y eso que, al principio de la legislatura anterior, con buen criterio, se prometió duplicar el volumen destinado a la reutilización. En 2015 se aprovechó el 31% para su reutilización. En 2019 el 29,5%, no parece que se mejore, sino que se empeore. Algo está fallando en la conselleria desde hace años. Y hay que solucionarlo.
Probablemente detrás de todo esto hay algunas razones: Una, fundamental, es la deficiente calidad que sale del agua depurada. No siempre se depura bien. La falta de suficientes tratamientos de calidad está detrás de que esa agua no sea, muchas veces, ni aconsejable reutilizarla, por su alta conductividad, presencia de metales pesados, etc. La propia memoria reconoce que el tratamiento terciario sólo se aplica en una parte de las depuradoras. No se depura bien todo lo que llega y de ahí vienen los problemas, ni hay conducciones para llevar esa agua dónde hace falta.
También los vertidos incontrolados están detrás del problema. El número de inspecciones que ahora se hacen, es incluso inferior a las de hace diez años y las incidencias aumentan. Y así, como reconoce el informe, no es posible averiguar el origen en su mayor parte. En 2019 se han detectado 3.503 incidencias por vertidos de alta carga contaminante. Y ahí Elx aparece y de forma destacada. La EDAR de Algorós es la tercera de la Comunidad en número de incidencias de todas las existentes. Se han detectado 162 incidencias en un año, de origen desconocido y de materia orgánica. El 2018 éramos la quinta con 118 incidencias. Empeoramos a la carrera. Somos un ejemplo de que se necesitan mejoras evidentes. Algorós urge inversiones importantes que posibiliten depurar correctamente las aguas que le llegan, impidiendo vertidos incontrolados, y depurando mejor para reutilizarlas con más garantía en la agricultura.
El Ayuntamiento lleva demasiados años trayendo promesas de València. Es hora de concretar las cosas y conseguir que conselleria actúe en una depuradora tan necesitada de mejoras como la nuestra.
Necesitamos reaprovechar mejor los recursos escasos y los de las aguas depuradas son demasiado importantes para no hacerlo.
