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Luis Prats

Un gol al arcoiris

Luis Prats

Un tándem para la gloria

La pareja empieza a funcionar. Cada uno en su parcela, pero con niveles de comunicación óptimos. Del despacho al vestuario y viceversa, los vasos comunicantes por primera vez en muchos años tienen la fluidez necesaria para que el tándem sea para la gloria. La confianza entre director deportivo y entrenador, entre Del Pozo y Cubillo, y la no injerencia en esta parcela de los máximos accionistas y su ejército de aduladores que sin duda supone un acicate para aquellos, es fundamental para que este nuevo proyecto, el más serio hasta la fecha, logre el objetivo del ascenso.

Pero no se equivoquen los del tándem, aquí en el Hércules ya no vale nada que no sea que el equipo retorne a Segunda. Todo lo demás no se tendrá en cuenta, la afición está hasta la coronilla de demasiados intentos infructuosos acumulados en el debe de un club histórico que si no lo remedian Del Pozo y Cubillo, dejará de serlo.

Las declaraciones de Cubillo, «no quiero relax, hay que sufrir a diario» son por sí solas un aviso para navegantes. Quiere construir un equipo consistente, de batalla, de trabajadores no exentos de la calidad precisa para dar el salto, de gente entregada al proyecto, de jugadores que no escatimen esfuerzos en el terreno de juego, de disciplina. En definitiva, un equipo que valore la presión y la intensidad como la mejor defensa, y que en el control del partido encuentre la recompensa del gol y la victoria. El cambio de cromos de Yeray por Armando va en ese sentido. La medular gana en solidez y desecha la anárquica calidad que se le supone al canario, y con la incorporación del navarro Erice suma la experiencia de un medio centro formado en categorías superiores.

Si el tándem es consciente de que ha desembarcado en una temporada vital, la primera piedra para alcanzar la meta tantas veces deseada quedará fija para seguir edificando con solidez el proyecto. La ilusión ha vuelto y eso es un tanto a apuntar en el casillero del tándem, y por esta vez, y a ver si sirve de precedente, en el del máximo accionista que parece dispuesto a no pisar parcelas que por la experiencia vivida no son de su entendimiento. Solamente con que se quede quieto en el palco, las posibilidades de que el tándem triunfe subirán más que la espuma.

Con los títulos importantes ya repartidos, la temporada agotada, y en este caso valen las dos acepciones del vocablo, las categorías más o menos definidas a falta de los últimos retoques federativos y los que puedan derivarse de la situación sanitaria y/o los juzgados, y los equipos en pretemporada, todo huele ya a competición inminente, a fútbol, a goles, a alegrías y sinsabores. Un tándem para la gloria parece un buen título para un año de esperanza.

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