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Florentino Regalado Tesoro

A propósito del faro del Cabo de las Huertas

Imagen del faro del Cabo de la Huerta

A riesgo de que me acusen de todo lo que quieran acusarme (me lo puedo permitir gracias a Dios), quiero expresar que empiezo a estar hasta la coronilla de las plataformas reivindicativas de cuatro amiguetes, que básicamente la vienen a formar siempre los mismos, aunque las cambian de nombre y objetivos según las circunstancias, manteniendo ladinamente oculto su trasfondo político, cuyo signo no lo voy a decir porque se presupone.

Estas plataformas, cuyas reivindicaciones siempre se sustenta y sufragan en el dinero de los demás, nunca en los propios, se dedican en su mayor parte hacer la puñeta a casi todas las iniciativas empresariales que pretenden crear puestos de trabajo y riqueza, dando por supuesto su patológica opinión de que todos los empresarios son unos malignos depredadores.

Las plataformas que menciono, tienen la enorme habilidad de presentarse como ángeles custodio y paladines en defensa de la sociedad, basando sus reivindicaciones en supuestos aparentemente nobles, aunque finalmente se demuestre ,salvo honrosa excepciones que haberlas las hay, que no sirven absolutamente para nada y cuando consiguen sus objetivos ,suelen generar perdidas de puestos de trabajo y más impuestos a los ciudadanos, que son los que finalmente acaban pagando con su trabajo, la mayor parte de las consecuencias de las reivindicaciones que gritan a los cuatro vientos.

Aceptando que la actuación sobre el Faro del Cabo de las Huertas sea respetuosa con el mismo y su entorno, dado que es la obligación de que así sea por parte de los funcionarios del Puerto, de Costas y del Ayuntamiento , y puesto que se ajusta a la ley: ¿Me quieren decir Vds. qué mal existe que el faro se dedique a un restaurante que ayudará a sostener nuestra maltrecha economía turística, mantenerlo y conservarlo en pie sin que nos cueste un duro a los ciudadanos?

Y en contrapartida, ¿me quieren decir Vds. a qué se van a dedicar los funcionarios que trabajen en el faro, una vez que se recorran el terreno que lo rodea una docena de veces, en el hipotético caso que se transforme (ojalá que no sea así) en: “El Centro de Interpretación de los valores naturales, culturales y paisajísticos del Cabo”?

Bueno, siempre es posible que nuestros funcionarios para matar el tiempo, planten en el entorno de Faro una granja de caracoles, por supuesto de naturaleza ecológica faltaría más, y abastezcan con ellos los ricos arroces alicantinos de conejo y caracoles.

La verdad es que ya, el rimbombante título que ha elegido nuestra altruista plataforma, nos suena a música celestial, cuando tenemos el sangrante centro de la Vía Parque, titulado también pomposamente “Observatorio de Medio Ambiente Urbano”, vacío y abandonado, sin utilidad práctica alguna habiéndonos costado un ojo de la cara. Y menos mal que no funciona, porque si lo hiciera, supongo que podría dejar sin trabajo al departamento de Geografía y Medio ambiente de nuestra Universidad, y tendrían que dedicarse a jugar al mus.

Confieso que cada vez entiendo menos a nuestros dirigentes, cuando prestan oído a estas plataformas de amiguetes, despilfarrando los dineros públicos por quedar bien frente a las mismas, porque gritan desaforadamente en los medios, y se olvidan de los miles de ciudadanos que calladamente pagan sus impuestos.

Una plataforma semejante se cargó arteramente el Hotel de los Arenales del Sol, frustrando el entusiasmo y la ilusión que los ciudadanos de la zona habían puesto en el hotel, absolutamente respetuoso con la volumetría concedida por mucho que las denuncias dijeran lo contrario sin justificación real alguna. El hotel, empresarialmente, dejando de lado la fortuna en tiempo y dinero que ha costado su tramitación, hubiese creado cuarenta puestos de trabajo directos y unos centenares indirectos, revitalizando la zona de los Arenales, que en la actualidad se encuentra abandonada y deprimida; pero estos aspectos a las plataformas que me refiero por un oído les entra y por otro les sale, les importa un pimiento el daño que producen.

Alguien me tiene que explicar también qué beneficios aporta el secarral entre la Desaladora de Alicante y el Aeropuerto, defendido por otra plataforma ecologista, cuando allí no van ni las lagartijas. Si no me creen Vds., dense una vuelta por allí y salvo polvo en los zapatos y espinas en las piernas, no sacaran otra cosa. El espacio urbanístico espléndido que allí existe podría ser aprovechado como un magnifico punto de unión entre Elche y Alicante, sin detrimento ambiental de tipo alguno, a poco que se estudie mínimamente las ventajas y los inconvenientes que presentaría su desarrollo.

También podríamos hablar de los carriles de las bicicletas, cuyas ratios funcionales alguien tendría que estudiarlos técnicamente bien, en una ciudad cuya topografía los hace en gran parte inviable por las cuestas que existen, si de verdad se pretende que sustituyan a los coches como transporte, salvo que acudamos a las bicicletas eléctricas, haciéndolos perder parte de su razón de ser.

En fin, insisto, estoy hasta la coronilla de estas plataformas que, en vez de contribuir con propuestas generadoras de riqueza, solo hacen crear confusión y hacer gastar dineros estúpidamente, haciendo nuestra sociedad cada vez más insostenible.  

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