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Vicente Magro Servet

El covid se alimenta de la irresponsabilidad individual

Gente pasea con mascarillas en Valencia

Las cifras que se manejan por los expertos en la previsión del porcentaje de personas contagiadas que estamos alcanzando por el COVID tiene una causa y razón de ser muy directa, que va más allá de la eficacia del poder contagioso del virus y se sitúa en el elevado nivel de irresponsabilidad individual de aquellos ciudadanos que han hecho caso omiso de las recomendaciones y órdenes de las autoridades competentes. Porque hay muchas personas que van por la calle con la mascarilla mal puesta, o, directamente, sin ella, incluso mostrando una actitud desafiante frente a cualquiera que opte por reprocharles que están incumpliendo las normas y que están ocasionando un grave riesgo de contagio a toda la ciudadanía.

Por ello, parece que las actitudes de los ciudadanos van en dos direcciones. Por un lado, la de aquellos que están cumpliendo rígidamente las ordenanzas que se están aprobando al respecto por las autoridades, y, por otro lado, la de aquellos que, en un elevado número, las están incumpliendo de forma absoluta y consciente con absoluto dolo de incumplir. Y, además, parece darles igual si con su actitud están provocando un incremento en la línea de contagios, porque para ellos eso es un problema de los demás y con su absoluta insolidaridad no están dispuestos a colaborar para que este problema se acabe.

Lo que está claro en esta situación que estamos viviendo desde el pasado año es que con estas actitudes están sacando su lado real aquellas personas que tienen un carácter absolutamente individualista, e insolidario, y aquellos otros que apuestan por la colectividad y la solidaridad en la respuesta ante los problemas sociales. Y es ahora cuando muchas personas se han quitado la careta y han demostrado lo que en realidad les importa la colectividad y los problemas de la sociedad, evidenciando una absoluta irresponsabilidad individual que, al ser muy elevado el número de las personas que actúan de esta manera, han puesto en jaque las medidas de contención que se intentan adoptar en todo el país. Porque por muchas medidas que se intenten poner en marcha por las autoridades, si existe un volumen importante de personas, que lo hay, que las incumplen, por muchas actuaciones que se pongan en marcha resulta evidente que el problema, no solamente no ha disminuido, sino que se incrementa en cifras realmente brutales, que nos sitúan en un momento todavía peor que el del mes de marzo en pleno confinamiento. Y al final quien paga las culpas es el gremio de la hostelería, que hace lo que puede por adaptar sus locales a la situación real, y, sin embargo, los insolidarios hacen imposible cualquier esfuerzo que se haga.

Por ello, lo que se ha demostrado es que existe un elevado porcentaje de ciudadanos, en torno a un 70 %, que es respetuoso con lo que hay que hacer y lo que está prohibido, pero el problema es que un 30 % actúan de forma insolidaria con el bien colectivo del interés general, y solamente miran hacia su interés particular, olvidando que viven en sociedad. Pues bien, son éstos los que se han descubierto, quitándose la careta y perjudicando a profesionales y ciudadanos en general. Porque no hace falta nada más que ver las órdenes recientes de que nadie fuera a la montaña a ver la nieve y el colapso que se ha producido, o las recomendaciones en Madrid de que no se salga a la calle y la gente esquiando en Serrano, Goya o cerca de las Ventas. Pero lo curioso es que cuando las personas que están incumpliendo se contagien serán los primeros que reclamarán una buena asistencia sanitaria y que se les trate adecuadamente en los centros sanitarios, cuando ellos han sido los colaboradores y cooperadores para que entre los contagios el suyo se haya producido. Hasta, incluso, puede que los incumplidores hayan sido algunos de los que aplaudían en el confinamiento para apoyar al sistema médico cuando, luego, han sido los que han colaborado con la difusión del virus.

La situación actual es, por ello, altamente preocupante, porque el virus está siendo apoyado por estos incumplidores y se alimenta de ellos. Y ya se especula con un nuevo confinamiento propiciado, no directamente por el virus, sino por los han propiciado la actual situación por haber incumplido la obligación de llevar mascarilla permanentemente en cualquier lugar, o llevarla mal puesta disimuladamente, y por haber estado celebrando fiestas y reuniones, y saliendo en horas no permitidas, así como celebrando eventos cuando estaban prohibidos, o no recomendados. Con ello, al final se demuestra, desgraciadamente, que solamente se aprende con la prohibición directa y no con la simple recomendación. Y luego le echarán la culpa al año 2020, o a otros factores, cuando son ellos los que nos han llevado a la situación actual.

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