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Juan Tapia

Nuestro mundo es el mundo

Joan Tapia

Una primavera turbulenta

La canciller alemana, Angela Merkel.

Los choques entre independentistas para elegir nuevo presidente y las elecciones de Madrid generan todavía más incertidumbre

El lunes Angela Merkel retiro las medidas restrictivas para la Semana Santa que acababa de pactar con los presidentes de los Lander. Alemania tiene (o tenía) estabilidad, liderazgo fuerte y ciudadanos conformados. Pero el retraso en la vacunación, por falta de aprovisionamiento que es culpa de la Comisión de Bruselas y que no se ha dado ni en Gran Bretaña ni en Estados Unidos, más la fatiga de las continuas restricciones está generando malhumor. Por eso Merkel ha dado marcha atrás.

Y es que Merkel ya es lo que en América se llama un “pato cojo” y que describe el poder menguante de un presidente en la etapa final de su último mandato. Como se va, ya tiene menos autoridad. Y tras las dos elecciones regionales de marzo ha aumentado la posibilidad de que las elecciones federales de setiembre abran paso en Berlín a la llamada “coalición semáforo”, de los verdes, el rojo socialdemócrata del SPD y el amarillo del liberal FDP. Sería otra Alemania… Quizás también otra Europa.

Aquí, este malhumor europeo (no sólo alemán) se complica por la creciente inestabilidad política. El viernes el candidato a presidir la Generalitat, Pere Aragonés, de ERC, perdió la primera votación de investidura porque sus socios de la pasada legislatura, se abstuvieron. Y dejaron claro que podrían repetirlo en la segunda votación si ERC no cede. Quieren que Puigdemont, desde el fantasmagórico Consell de la República de Waterloo, tenga la última palabra sobre la negociación con Madrid. Aragonés quedaría así sólo como un presidente gestor de la Generalitat, lo que a ERC le costará mucho aceptar.

ERC dijo no, de entrada, a un muy difícil pacto transversal con los comunes y el PSC y ahora está viendo con horror como obstaculiza la investidura. Y sólo Puigdemont sabe cuánto durará el forcejeo. Puede haber pacto antes de la sesión del martes, pero no parece lo más probable. Y así se abriría un periodo incierto que podría durar hasta el 26 de mayo. Y, caso de seguir sin acuerdo, se iría a una repetición electoral en julio. puede creer que entonces ganaría a ERC ya que sólo les separó un escaño.

Y la parálisis catalana agrava la incertidumbre española. No es ya que el gobierno PSOE-Podemos, sin mayoría, tenga grietas, sino que el fracaso de C´s y el PSOE al intentar arrebatar al PP el gobierno de Murcia ha generado todavía más incógnitas tras que la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, echara a C´s de su gobierno y convocara elecciones para el 4 de mayo.

La primera consecuencia ha sido que Pablo Iglesias ha abandonado un gobierno en el que no se sentía cómodo con la excusa, cierta, de que Podemos podía quedar fuera de la Asamblea de Madrid. Iglesias conseguirá más de un 5% de los votos, pero puede quedar detrás de Mas País y del PSOE de Ángel Gabilondo. ¿Qué hará entonces Iglesias como portavoz de un grupo secundario del parlamento madrileño? Nada que favorezca la estabilidad.

Vamos al PP. Si C´s logra superar –por la personalidad de Edmundo Bal– el 5% y tiene escaños, es posible que Díaz Ayuso dependa de Vox y de C´s. Situación endemoniada. Y sí solo depende de Vox, sus exigencias de un gobierno de coalición serán un problema.

Si Ayuso fracasa, el PP (y Casado) habrán dado un paso atrás. Y si triunfa, a Casado podrá haberle surgido una alternativa interna. Y el PP puede estar tentado de unir todos los votos (y partidos) a la derecha del PSOE. ¿El plan Aznar para volver a La Moncloa?

El PSOE perdió la batalla de Murcia (como C´s) y ahora tiene poco que ganar, excepto si Gabilondo reedita su victoria del 2019. Difícil porque Pablo Iglesias genera miedo (a más impuestos) que puede refugiarse en Ayuso. Por eso Gabilondo ya toma distancias.

No sabemos cómo acabará lo de Cataluña. Bien, no. Y tampoco está claro a quien beneficiará la nueva batalla de Madrid que Ayuso quiere plantear como un ensayo de las próximas generales. Lo que sí parece es que tendremos una primavera con muchos sobresaltos. Justo todo lo contrario de lo conveniente y razonable en momentos peligrosos para la salud y la economía.

Y como inquietante telón de fondo sólo faltaba la nueva interferencia del Tribunal Constitucional alemán sobre los fondos de recuperación europeos.

Angela Merkel.

El PSOE disparó y erró en Murcia, pero tampoco está claro a quién beneficiará la batalla de Madrid iniciada por Ayuso

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