Tiene bemoles que la virtual ganadora del Festival de Eurovisión de este año, la canción francesa Voilà, defendida por Barbara Pravi, haya sido la banda sonora de la serie documental de Telecinco Rocío, contar la verdad para seguir viva, la melodía que ha acompañado su cabecera y la que ha dado el paso a publicidad.
Y digo que tiene bemoles porque precisamente con Barbara Pravi, de cumplirse los pronósticos y alzarse con el premio, volvería a repetir el fenómeno de Salvador Sobral. Aquel «intruso» que en 2017, animado por su hermana Lucía, osó concursar en un evento que nunca seguía a través de la televisión, con un tema precioso, Amar pelos dois (Amor por ambos) que hizo derramar muchas lágrimas pero que estaba en las antípodas de lo que se entiende por una canción festivalera.
Barbara Pravi, de ascendencia bosnia por parte de padre e iraní por parte de madre, tampoco es seguidora el Festival de Eurovisión, y como Salvador Sobral, no tiene televisión en casa. Le basta con Internet.
En cualquiera de los países que puedan darle los votos que la conviertan en ganadora de Eurovisión 2021 su canción sonará como algo exótico, elegante, fuera del catálogo sonoro de las tendencias festivaleras del momento. Tal como ganó Sobral. Desde la heterodoxia.
Sin embargo, en España, Voilà es una melodía marcada. Triunfadora antes de que se oficialice su propio éxito. Porque al calor de sus notas ha logrado congregar audiencias televisivas millonarias desde hace tantas semanas que ya hemos perdido la cuenta. Dicen que empieza a desinflarse el fenómeno Rociíto. No sé.
Por cierto, lo que haría Telecinco si tuviese en sus manos Eurovisión. Todo un oxímoron, puesto que se trata de un concurso para televisiones públicas. Menos mal.
