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Francisco Esquivel

En ruta por la epidermis

En ruta por la epidermis

 Desde este epicentro turístico aún con llagas me dirijo a un lugar bañado por unas pocas docenas de seres crepusculares en el que gran parte circula pegado al andador. Pronto comprobaré que el recelo allí es hacia los que se entrometen en sus calles, no para los que se han evaporado.

  Desplazarse, algo de noticia es. Así que si gusta, súbase. La actualidad dormita, de modo que el viaje es placentero hasta que toca repostar en la estepa manchega y crees que se ha apagado el motorcito pero qué va. Cualquier punto en el que llenes el depósito contribuye a engordar a esas grandes empresas radicadas en la capital del reino donde, naturalmente, contribuye. Y, ojo, no padezco madrileñofobia. Me encanta escudriñar su mapa, lo cual no significa que las cosas no sean claras y, el chocolate, espeso. Como el del Café de Oriente y sus picatostes, con los que te chupas los dedos aunque luego, paisanos, coticen en bolsa.

  El carro no se ha adentrado en «ayusilandia» y es una emisora regional de la esfera natal de don Quijote quien toma el interior. A lomos, la vecina de un pueblo se felicita de que sea día de mercadillo, «da gusto el bullicio, cuando no es en este es en otro y aprovechas para saludar a la de la farmacia, al de la quincalla... a los que quiero dedicar cualquier canción del disco de La Mandrágora». Suena «...Y aunque en rigor no es mejor por ser mayor o menor, ciertamente es un burdo rumor», es posible que arrastrado el control por el efecto contagioso de la verdulería.

  No doy crédito y, sí, la conviviente refrenda la elección de dial. Un vaquero cuenta que el ganado «siestea» y se decanta por el sonido «country» bajo las estrellas cuando lo que hay fijado en el calendario son reuniones de la comisión bilateral aunque todos seamos hijos de Dios. A sus ochenta y tantos, Felisa agarra y dice que a ella nunca le ha gustado salir y que fue su marido el que paseó a los niños. «Ahora el hijoputa del mayor se empeña en sacarme los domingos y a ver qué hago». Que sí, que Spotify tendrá todo, pero a esto no llega.

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