Aruser@s funciona como un tiro. Con más seguidores que ayer, pero menos que mañana. El programa de entretenimiento, cuyo formato dirigía Alfonso Arús desde hacía 17 años en una televisión de Barcelona, y que desde hace dos se instaló en las mañanas de La Sexta, no hace más que incrementar fieles.
El secreto del éxito (un 15% de cuota de pantalla sostenido día tras día lo es) consiste en ofrecer al espectador lo que espera encontrar, y que se resume en dos principios: estar muy atentos a lo que ocurre en la actualidad, en riguroso directo, pero no impedir que dicha actualidad distraiga de la férrea escaleta preparada para cada día. Ella se compone, a lo largo de 210 minutos diarios, de un menú eminentemente visual, donde los espectadores pueden asistir a una coctelera de imágenes servidas por las agencias internacionales que abarcan lo más insólito podemos imaginar.
Todo ello comentado por una serie de contertulios que son como de la familia y que logran un grado de complicidad con quienes les seguimos desde casa difícil de superar. Así, con un ritmo trepidante, siempre cuesta abajo, y con numerosas secciones que actúan de anclaje para que el espectador sepa muy bien por dónde anda, el programa fluye entre Zascas, Gambazos y Olés hacia un final, la votación de «El imbécil del día», que siempre deja con ganas de más.
Pero queda una pregunta relevante en el aire. Qué ocurriría si Aruser@s cambiase al horario vespertino. Hasta dónde podría llegar si se emitiese por la tarde. Cuál sería su techo si se ofreciese a los espectadores de toda España a la hora en que lo pudieron ver los catalanes durante 15 años. La Sexta tiene la respuesta.