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Marc Llorente

Ver, oír y gritar

Marc Llorente

Historias para no pegar ojo

Insomnio

Hubo «Historias para no dormir», de Chicho Ibáñez, y ahora vuelven algunas realizadas actualmente. Daban miedo. Tenías pesadillas en la cama y es verdad que no te dejaban pegar el ojo. De igual forma o con más poderosa razón, existen realidades que promueven el insomnio. Sánchez temía caer en ese problema si se acostaba con Podemos. Hasta que lo hizo, dadas las circunstancias políticas, y vio que no era para tanto. La pandemia le ha quitado el sueño a él (y a todos), pero aguantó el tipo y sigue.

El espanto y el suspense continúan en la película diaria, y más de una vez caen en el ridículo. No sé si la ficción supera a la realidad o si la realidad supera a la ficción con las movidas habituales. Hay muñecos diabólicos, irracionalidades y numerosas bromas de mal gusto. En la cumbre del clima no se han hecho los deberes con ahínco. Y el cambio climático prospera. O la conducta de la oposición en nuestro país.

La ministra María Jesús Montero defiende las cuentas del Estado con la espada de Hacienda, para establecer seguridad con el ánimo de agotar la legislatura. ERC, PNV y Bildu no vetan el proyecto de ley ni dan un cheque en blanco. Todo tiene un precio, sí, aunque no es cuestión de traspasar ciertas líneas rojas. Si bien estos partidos van a lo suyo fundamentalmente, eso no es malo si se contribuye, al mismo tiempo, a mejorar el paisaje de estas comunidades en el conjunto de España. El diputado Rufián canta flamenco en la tribuna de oradores, de cara a la galería. Porque bien sabe que con la derecha en la Moncloa le iría todo mucho peor.

El PP de Casado y Ayuso, esa pareja exótica y enfrentada por el control de Madrid y lo que haga falta, dice que los presupuestos son «ruinosos y papel mojado». Que «España está quebrada». Solo creen en la libertad individual de unos cuantos, no en la de la mayoría, pese a que de ahí obtengan votos. Les gusta bajar el gasto estructural, pero ponen la mano para que Sánchez se rasque el bolsillo y les abone lo que pidan. Es evidente que la recuperación económica y la creación de empleo financian el estado de bienestar. Eso no quiere decir que deban perdonarse impuestos a los más fuertes. El plan español de reformas fue aprobado en Europa. Y estamos a la espera de un segundo pago del total de 140 000 millones entre transferencias y subvenciones. ¿Qué hace Casado con su desenfocada actitud? Acusar al Ejecutivo de malgastar los fondos europeos.

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, agita la bandera de la nueva reforma laboral y promete a los jóvenes y a las mujeres el fin de la precariedad y la temporalidad. Eso si hay un acuerdo entre las partes. La ministra de Trabajo no se levantará de la mesa de diálogo hasta que se consiga uno para cambiar las normas. No sé si la CEOE y Cepyme estarán dispuestas a hacer lo mismo o a levantarse antes de que el árbitro pite el final del encuentro, que lleva en marcha desde el 21 de marzo. Díaz y los sindicatos persiguen otras fórmulas de contratación. Y la negociación avanza a pesar de las diferencias. UGT y Comisiones Obreras ven un cambio de orientación en las negociaciones. Si se aplica un giro sustancial sobre lo negociado y los temas esenciales, o si la patronal intenta imponer sus criterios, se levantan, abren la puerta y corren.

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, rompe la discreción si es que la hubo, y apunta a que habrá cambios con respecto a lo que ya se negoció. Ahora no se habla de derogación, sino de que «técnicamente» no es posible derogarla, ya que ha sido una reforma expansiva que ha afectado al Estatuto de los Trabajadores, a reales decretos y directivas. Ahora bien, ese problema queda tapado al decir que la reforma va a ser «muy ambiciosa y que hará la España del futuro». Suponiendo que no gobiernen otros. Y vuelta a empezar, señoras y señores. No caigamos como en Portugal y su indeseable desacuerdo entre la izquierda. Crisis generalizada y convocatoria de nuevas elecciones.

Sea como fuere, Yolanda Díaz, al margen de este asunto, va preparando otro terreno. Aspira a construir una plataforma amplia y progresista. Una serie de alianzas que sean una alternativa a la izquierda del PSOE. Se trata de presentar ideas y de huir de las siglas partidistas. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, es otra de las abanderadas. Voces de mujer, no liderazgos patriarcales, en un acto, una tertulia, sin recurrir a los clásicos mítines, que tendrá lugar el próximo día 13 en el Teatro Olympia de Valencia. Ese aire fresco en la gestión pública es necesario e impone su fuerza. Puede ser imparable. No, no. Según fuentes bien informadas, Ayuso no tiene previsto sumarse al evento de «Otras políticas». Para ella debe de ser una auténtica historia para no dormir.

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