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Joaquín Santo Matas

Rafael Ramos, un arqueólogo ejemplar

Rafael Ramos, en el yacimiento de La Alcudia, con uno de sus últimos libros. | ANTONIO AMORÓS

En 2022 se celebrará el 125 aniversario del descubrimiento de la Dama de Elche y ante ello, propuse y me cupo el honor de redactar el texto de la declaración del Consell Valencià de Cultura, aprobada por unanimidad el 26 de abril del presente año, solicitando el retorno del busto ibérico a la capital ilicitana para conmemorar tal efemérides e incluso su estancia definitiva en ella pues espacios museísticos tiene Elche para albergarlo.

Me puse en contacto con el máximo experto, Rafael Ramos Fernández, que precisamente perteneció durante doce años al precitado CVC, del que fue secretario, y supe que estaba convaleciente de una delicada intervención quirúrgica, derivándome a su hijo y sucesor Alejandro al que visité en La Alcudia, aportándome gentilmente todos los datos que le requerí y mostrándome los últimos descubrimientos de las excavaciones arqueológicas que allí se vienen realizando.

Mi relación con Rafael Ramos viene de antiguo; no me dio clase, pero el hecho de que mi padre, ilicitano también, fuera muy amigo del suyo, el gran Alejandro Ramos Folqués, facilitó la cordialidad de nuestros encuentros.

Su inmenso libro ‘Documentos y reflexiones sobre una Dama’, de más de quinientas páginas, tuvo la deferencia de dedicármelo el 4 de enero de 2005: “Para Joaquín Santo con mi amistad y todo mi aprecio”.

Quedé en que hiciera lo propio, una vez recuperado de la enfermedad, con su obra póstuma y definitiva, editada este mismo 2021, ‘La Dama de Elche. Hallazgo, arqueología e Historia’; pero ya no ha sido posible.

Sí guardo con emoción los whatsapps que nos cruzamos. El último, un escueto ‘Gracias’ a mis deseos de recuperación, lo envió el pasado 15 de agosto, festividad grande de la Virgen de la Asunción, patrona de Elche. El día anterior me había escrito: “Voy demasiado lento, pero por hoy sigo vivo”. Luego ya supe por Alejandro que la cosa no evolucionaba tan bien como hubiera sido deseable.

Ahí queda a perpetuidad su inmensa bibliografía centrada en la Alcudia y la Dama, pero también en cerámica ibérica, arqueología prehistórica, los iberos, etc.

Trabajador incansable, entusiasta investigador y también hombre afable donde los haya, he sentido enormemente su pérdida, solo compensada con el consuelo de su amistad y confianza, unidas al legado inmenso de amor a Elche y la Arqueología que deja.

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