Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Francesc Sanguino

De qué hablamos cuando hablamos de presupuestos municipales

De qué hablamos cuando hablamos de presupuestos municipales FrancescSanguino

La primera conclusión que uno saca cuando termina de leer el proyecto de Presupuestos del bipartito es simplemente que no sabemos en qué se gastará este el dinero, si salvamos los organismos autónomos. Sabemos el qué, pero no sabemos el cuánto ni el porqué, porque el alcalde no alcanza a contarnos qué ciudad pretende, sino zigzaguear entre las protestas de unos y las conformidades de otros. De los 37 millones de inversiones, 17 corresponden a ingresos que hará la Generalitat Valenciana y el Estado para la construcción de centros educativos y el contrato-programa en Servicios Sociales, y poco más.

Con este proyecto, de aprobarse, sí sabemos que no se mejorarán los centros socio-comunitarios, los centros de mayores, las bibliotecas, los consultorios auxiliares… en, al menos, los recursos humanos que se requieren, ni en su funcionamiento, ni en su infraestructura más que probablemente. El personal contratado por el Ayuntamiento será casi íntegramente para el convenio con la GVA en Servicios Sociales (que a su vez paga la GVA). Tampoco se pondrán en marcha las edificaciones, refacciones y reparaciones de instalaciones sociales en San Gabriel, Benalúa, Colonia Requena... Nada. Eso si se llega a un acuerdo.

¿Acuerdo con Vox? En mi opinión sí lo habrá porque el bipartito se ha ocupado en dispersar convenientemente las peticiones de los dos concejales en todo el presupuesto a un euro, de manera que durante el año activarán o no una partida en función de lo que se quejen. Si se quejan. Y hablando de partidas ideológicas, dense una vuelta por el capítulo de subvenciones. Merece un artículo aparte.

Pero, ¿qué ingresos aportamos los contribuyentes al erario para que este equipo de gobierno no se retrate y comprometa, para que no nos desvele dónde y cuánto invertirá de nuestros impuestos? Veamos: los ingresos que vienen de nuestro trabajo (IRPF) se incrementan en un 7,69%, el IBI urbano aumenta en un 1,64% y el aumento por IAE está previsto en un 9,91%. Sin embargo, parece que habrá una disminución del 36,73% del IIVTNU (Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana), aunque una de las quejas del interventor es que el equipo de gobierno sustenta esa previsión en una simple simulación informática. El interventor se lamenta de que no conste el expediente, ni los criterios para su confección, evidenciando así un déficit de rigor en la previsión. En cristiano: que el alcalde no tiene ni idea de qué ingresaremos en plusvalías.

En cuanto a impuestos indirectos, este año se prevé que recaudaremos un 8% más por los incrementos correspondientes a la cesión de tributos del Estado. Por tasas y otros tributos ingresaremos 42 millones de euros (!), por lo que aumentamos los ingresos en un 5,7%. Las variaciones más significativas en esos impuestos son por los ingresos por tasas a las empresas de servicios de telecomunicaciones y por la ocupación de mesas y sillas. Estos últimos suben un 100%. ¿Cree el Ayuntamiento que doblaremos en número de establecimientos de hostelería? ¿Nos habrán de subir los hosteleros el precio de la libertad de sentarnos a tomar una cerveza ante el aumento del 100% de la competencia? Ojo: ¿acaso es que se prevén los ingresos por dejar ad aeternum las terrazas en estacionamientos de vehículos? Se verá.

Los ingresos por infracciones urbanísticas suben un 36%, los ingresos por otras multas y sanciones suben un 53%. No sabemos a qué conceptos responde «otras» pero, ¿es posible que tenga alguna relación con esa ordenanza de la vergüenza a punto de aprobarse definitivamente? Se verá también.

En conclusión: la mayor parte de los ingresos los ponemos con nuestros impuestos directos e indirectos locales, los pone la Generalitat con los de los valencianos, y los pone el Estado con los de todos. Las inversiones municipales provendrán en realidad de préstamos a los bancos todavía sin definir. De apoyar este proyecto, se seguirán cerrando bibliotecas, no habrá conserjes, el Castillo de Santa Bárbara se alquilará a 50 años, seguiremos sin Ronda Norte, sin Paseo Litoral, sin instalaciones deportivas públicas; la ferralla del Parque Botánico se convertirá en Patrimonio de la Humanidad, las pistas deportivas de Colonia Requena se trasladarán piedra a piedra como la Torre Placia hasta el vertedero ilegal de Fontcalent; Sangueta terminará siendo un pantano inaugurado por el alcalde con la pompa que merece; los que no tienen techo seguirán azotados por el frío, por el calor y por las multas. A todos en un sentido general nos multarán más y mejor, y se echará la culpa convenientemente a nuestros ladridos, al Consell y al Gobierno en cada pleno. Mi sarcasmo no proviene de otro lugar que el del hastío por tomarnos por lelos.

Parece que el equipo de gobierno considera que quienes no apoyen su proyecto de presupuestos tendrán que dar explicaciones. Y esto lo consideran quienes no las dan en ellos, o en todo caso, explicaciones a un euro. Hagan ustedes sus cuentas.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats