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Manuel Martínez

El arte de la mentira

El alcalde, Luis Barcala, en un pleno desde su despacho Héctor Fuentes

Siendo portavoz del Grupo Popular en la oposición el señor Luis Barcala, en un pleno le espetó al alcalde señor Gabriel Echávarri que iba a ser recordado por la «voracidad» en su gestión para recaudar dinero en multas de tráfico, dijo las cantidades por días, meses y años. Pues ahora, según el proyecto de presupuestos para el año 2022, estas palabras se vuelven en contra de Barcala.

Si el alcalde Echávarri, según palabras del líder de la oposición de entonces, iba a recaudar un ocho por ciento más, el señor Barcala, en estos presupuestos, y sin tener en cuenta las sanciones por otros conceptos, va a incrementar esta partida en un 10 %, de tal manera que en 2021 que ya de por sí se elevó al anterior en cantidades más significativas, se contempló una recaudación de 6.400.000 euros. De tal manera que hemos pasado de 5.285.325 euros en 2020 a los más de siete millones para este año de 2022.

A esto se le añade que, mientras el alcalde viaja en coche oficial nuevo que ha cambiado en su mandato cuatro veces en cuatro años, los funcionarios de este Ayuntamiento realizan sus patrullas con vehículos que se caen a trozos, con puertas desajustadas, espejos cogidos con cinta adhesiva, vehículos que podrían ser denominados históricos por su antigüedad.

El alcalde Barcala quiere recaudar de los bolsillos de los alicantinos una media de 19.231 euros diarios, 801 euros cada hora. A esto hay que añadir que se va a aprobar en un pleno extraordinario el martes 15 de febrero la mal llamada «Ordenanza de Convivencia Cívica en el término municipal de Alicante», Las ONGs, colectivos ciudadanos, sindicales, partidos progresistas y hasta Cáritas, le ponen el nombre que se merece: la Ordenanza de la Vergüenza, ya que solo contempla para combatir la mendicidad y la prostitución multas de 3.000 euros a los llamados sin techo, y 1.500 euros a las prostitutas.

Esta es la manera en que el bipartito de derechas contempla cómo luchar contra estas personas que se encuentran en exclusión social. Si además el discurso de la derecha ha sido siempre de bajar impuestos, estos incrementos de partidas por «impuestos indirectos» se les cae de su discurso.

Cuando se quiere dar servicios sociales en la peor crisis sanitaria y económica originada por el covid19, la respuesta de las Administraciones debe ser más asistencia sanitaria y con más recursos puestos al servicio de la recuperación económica a los colectivos productivos y sociales de nuestra ciudad.

Como Barcala le espetó al alcalde Echávarri, «que se vaya ya y abandone esta farsa al frente de un gobierno que ha obtenido con engaños, por unas promesas que no está cumpliendo».

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