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Antonio Sempere

En pocas palabras

Antonio Sempere

Más sobre trenes

Un tren de media distancia y otro de cercanías en el apeadero de San Gabriel, en Alicante.

Sé que hablar de trenes e infraestructuras ferroviarias en nuestra provincia, a estas alturas, cansa. Pero dado que los murcianos están todavía peor que nosotros, y que todo lo que a ellos les ocurre nos repercute directamente, no me queda más remedio que añadir algún fleco a lo publicado con anterioridad.

Desde el 1 de marzo la línea Murcia-Madrid fue interrumpida por obras, lo que obliga a los viajeros a desplazarse en autobús hasta Cieza. La otra opción es tomar una lanzadera (otro autobús) desde la estación de Murcia hasta la de Orihuela para tomar un AVE, que después tendrá paradas en Elche-Matola, Alicante y Villena.

Me da por pensar que la razón de que haya aumentado algún servicio de origen y destino hasta Elche-Matola puede deberse a estos déficits en las conexiones entre Murcia y Madrid.

Yo me he apresurado a sacar de mi archivo billetes de Alvia en los que puedo demostrar cómo en 2012, sin AVE, de Alicante a Atocha viajaba en 3 horas justas, y desde Villena centro, en 2 horas y media.

Con los Alvia, pese a contar con una vía única hasta Chichilla, también los murcianos se plantaban en Atocha, en línea recta, en 3 horas y media. Ahora, con el AVE, rodearán por Elche, en algún trayecto por Alicante, y en todos por Cuenca, para ir a morir a Chamartín. El negocio del AVE les ha salido redondo. Tardío, caro y lento.

Nuestros políticos podrían ir exigiendo una doble vía de Alicante a La Encina y de Murcia a Chinchilla. Para seguir viajando en línea recta a Madrid, desterrando de una vez esta falsa Alta Velocidad con la que nos llevan engañando una década.

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