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Antonio Sempere

Soberbia Faltoyano

La actriz Fiorella Faltoyano. EFE

Hace unos días Fiorella Faltoyano decía en una entrevista que su pareja, Fernando Méndez-Leite, le llamaba «Soberbia Faltoyano», del genio que se gastaba. El mismo calificativo se lo aplico yo desde hace tiempo, pero como actriz, lo que queda nuevamente demostrado en la serie Sentimos las molestias, que acaba de estrenar Movistar +.

Los titulares se los han llevado sus protagonistas Resines y Rellán. Pero la Faltoyano, con el artículo que llevan las grandes, con una simple colaboración especial, es una robaescenas que nos atrapa cada vez que aparece en una secuencia. De hecho, en el arranque de la serie, donde tiene una participación decisiva, su brillo es determinante para advertirnos que nos encontramos ante un producto superior a la media de lo que hay en el mercado.

Y es que la serie firmada al alimón por Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero, de humor más sutil que Vergüenza (motivo por el que la he sentido más cercana y la he gozado más) posee numerosas cargas de profundidad, y entre gag y gag, no desdeña temas tan tremendos como el cáncer, la demencia senil, el patetismo de seguir con el complejo de Peter Pan a los setenta y querer ligar con quien puede ser tu hija, y hacerlo todo ello con un humor inteligente que nunca hiere ni se pasa de rosca. Como sí ocurría en Vergüenza.

En ese sentido, el final del cuarto episodio con Emilio Linder es prodigioso, y es sólo un ejemplo entre decenas de lo que pudo ser un largometraje muy superior a la mayoría de comedias que se están produciendo ahora en nuestro país.

El casting es sobresaliente. A destacar la siempre estupenda María Casal y la soberbia Fiorella Faltoyano, que pide a gritos un papel protagonista, sí, a sus 72 años.

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