El legado de Paco de Lucía
AUDITORIO DE LA DIPUTACIÓN DE ALICANTE
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Antonio Serrano y otros
El legado de Paco de Lucía es indudable por su aportación, viveza e influjo. En la música flamenca hubo un antes y un después del internacional guitarrista y compositor con su inagotable carga melódica. La pasión, el ritmo, la armonía y su toque han alumbrado el camino musical de muchos. Así que el concierto del Fijazz, en el ADDA, recordó a De Lucía con algunas piezas notables, entre otros temas.
Como cicerone, el brillante Antonio Serrano y su armónica cromática con la que, a diferencia de la diatónica, se puede tocar todas las notas y cualquier tonalidad. Después de verle con Tino di Geraldo, hemos vuelto a ver aquí a Carles Benavent, introductor del bajo eléctrico en el flamenco. La guitarra de Antonio Sánchez, sobrino de Paco de Lucía y con similares formas, el percusionista José Manuel Ruiz Motos y el cantaor Rafael de Utrera.
El pequeño instrumento de viento de Serrano lo convierte en un gigante musical. Las cuerdas tienen suavidad y capacidad para el arrebato y el desplante. Benavent aporta su particularidad sonora, que rompe esquemas, y Bandolero da vida a la percusión sin estrépitos. De Utrera canta con quejíos y júbilo «Ábreme la puerta» o «Alegría de vivir», de Ray Heredia, fundador de Ketama y una bella melodía de su único disco en solitario, «Quien no corre, vuela».
El concepto del jazz está presente y se reviven las emociones, el arte y la vitalidad de Paco de Lucía, cuya fundación enriquece y difunde el flamenco desde su mirada. Eso se hace en este concierto. Y su huella está ahí. «El envoltorio puede ser importante. El contenido debe serlo», dijo De Lucía. No le copian, sino que aportan algo más.
Las piruetas del armonicista Serrano y Sánchez intervienen en el álbum «The Paco de Lucía project» (2018), que le homenajea y que se grabó en vivo junto a otros que acompañaron al maestro. Interpretan la rumbita «Playa del Carmen» o «Zyriab», y lo que se llamó «nuevo flamenco», a partir de los años 80, camina con mucha satisfacción para el numeroso público.
