Todos los seres humanos llevamos inmersos en nuestros propios genes el efecto y sentido de amar, de tal modo que, desde que nacemos mostramos afectos y cariños a cuantos nos rodean, hasta que la semilla de la adolescencia anida en nosotros y todo se trastorna, se disloca incluso más de lo que esperamos. Y mostramos inquieta curiosidad, pues las hormonas aprietan que es un gusto, y nuestra conducta se altera, todo va bien hasta que en la sociedad comienzan a cuestionar lo que, de tu sexualidad, otros consideran confusiones vespertinas y, para muchos de vosotros/as supone, pues os adentra, en un bagaje de desolación. Eres chico y lo que te pide el cuerpo es estar con otro chico, a poder ser que te quiera tanto como tú a él, pero siempre hay intolerantes para todo que tiran de esos colgajos de represión que han vivido en sus propias carnes y que siguen colgados de la percha de su vida. Y van y sin dilucidar sobre formas o fondos, sentencian directamente señalando directamente con el dedo a los demás, como si con ese movimiento llenasen las sombras tenebrosas que los acompañan.

Las personas rebosamos de sentimientos, a cada cual diferente, distintos los unos de otros, de ahí todas esas costumbres inciertas que nos presiden. Eres mujer y caramba, te atraen otras mujeres, y aún no te has manifestado cuando ya se ciernen sobre ti nubes oscuras de odio y disensión. Y al final lo que para otros suponen costumbres inciertas, para ti que amas como quieres, debes sentirte saludable, pues por amar a otra persona no provocas ningún mal. Tú lo sabes, el dolor se esconde en la soledad, y al amparo de las sombras todo se vuelve más huraño. ¿Qué mal hiciste por amar de diferente forma y manera? Ama como quieras, la vida es corta y difícil de sobrellevar para que otros desalmados y rencorosos te la intenten amargar. Cada final es un nuevo comienzo, así que en cuanto tomas tu propia decisión de a quien amar, sentirás todo un estallido de independencia y la vida te sonreirá al mismo son que las caricias de tu chico o chica. No te dejes en el tintero deseos insatisfechos, anda decidido y con la cabeza bien alta, saborea cada instante, pues como el amor no hay nada igual. Llena las horas de caricias y besos, ama y serás amado. Vive tu intensa e inquieta curiosidad sexual de la manera que te apetezca y, aunque el viento colérico de la intolerancia y el odio que anida en muchos corazones te amedrente, no cedas, no te humilles a su paso y sé feliz, alienta esperanza, pues frente a tanta intolerancia, valora lo que tienes, la intimidad anda prendida en tu corazón y el qué dirán no ha de importarte. El prejuicio deforma nuestra justa mirada. La intolerancia es como la ignorancia, conserva tu dignidad, conserva tu amor para quien tú quieras. Los pensamientos antiguos son eso, residuos de otros tiempos.