Hoy Jennifer López y Ben Affleck no han vuelto a casarse. Bueno, igual esta tarde... Se comprometieron este julio en Las Vegas para retomar la convivencia años después de la ruptura y, tras dejarse caer por París de luna de miel, decidieron «separarse» como mejor forma de afrontar sus carreras y también para poder echarse de menos con más fuerza. No sé ellos, pero a mí me llevaban loco. Lo último sucedió este domingo cuando acabaron los tres días de celebración de la nueva boda que tuvo lugar esta vez en la finca del actor en Georgia con todo tipo de distracciones y remate de fuegos artificiales para los invitados entre los que se encontraban vástagos de diferentes enlaces anteriores de los contrayentes con el susto protagonizado por la madre de Ben que, aunque ya está mejor, hubo de ser hospitalizada en ambulancia. Claro, la mujer no sabría si se festejaba algo o se finiquitaba.

Absorto como me hallo con el culebrón casi se me pasan las declaraciones de Inés Arrimadas a la vuelta de su baja maternal: «El mayor reto que tengo por delante es la conciliación ni siquiera salvar Ciudadanos». El «star system» doméstico poco tiene que ver con el «jolivudiense» en cualquiera de sus vertientes. Y si encima la crianza y el cuidado de los pequeños has de compaginarlo con propagar la especie de que «la refundación del partido es un proyecto de renovación total, un proceso de abajo a arriba, participativo y muy bonito; estoy segura de que saldrá bien; España llevaba sin un centro liberal 30 años y lo más difícil ya lo hemos conseguido; nunca habíamos llegado tan lejos como hasta ahora» es posible que un poco de asistencia especializada no venga mal.

La plebe sí lo tiene claro y se ha lanzado para qué engañarnos a por lotería de Navidad. El análisis de perspectiva ha llevado a que, junto al 22 en curso, las terminaciones más elegidas sean 5, 13 y el 69. Parece interiorizado que esto caliente viene.