Todo el mundo ha sido testigo de la invasión de Ucrania por Rusia. Ahora contamos con información que nos permite conocer lo que pasa en el mundo en tiempo real y con fake news que nos desconciertan. Mientras que Rusia trata de omitir y ocultar la información, por otro lado difunde la que considera más interesante según sus objetivos marcados en su hoja de ruta. Ahora bien, ¿cuál es su hoja de ruta? ¿Por qué y hasta donde está dispuesto a llegar este país? A su vez, también es preocupante conocer cómo otras naciones, como Corea del Norte, liderada por Kim Jong-Un, alardean de su armamento nuclear y su predisposición a utilizarlo.

Estimado lector: ¿dónde tuvo la suerte o desgracia de nacer? ¿Qué sistema de gobierno rige su vida? ¿Hay países de primera, segunda, tercera categoría...; y en tal caso, ¿en qué nos basamos para colocar a un país en una u otra categoría? Quizás sume que el sistema no le detenga sin motivo y cuente con un procedimiento de habeas corpus, que sus juicios no sean sumarísimos; o que cuente con un sistema de salud donde no tenga que atracar bancos para operar de urgencia a su hijo. Quizás sea que cuente con un sistema educativo que forme a personas con valores y altas expectativas para contribuir al bien del país ¿Qué cree usted suma para ponerlo en primera categoría de país?

Alicante, mi tierra natal, es muy agradable para vivir. Me gusta vivir aquí, no solo por el sol y la libertad de la que gozo, sino porque la convivencia en paz es posible pese a las diferentes formas de ver y entender la vida. Desde hace poco, ya unos años, un hombre y otro hombre pueden casarse y formar un hogar; o igualmente pueden hacerlo una mujer y una mujer. Eso, en otros países es impensable, ser homoxesual es perseguido y condenado con la cárcel, al igual que ocurría antes en España. Aquí, todos tenemos posibilidades de poder cambiar las cosas y existen mecanismos legales para poder acceder a convertirnos en servidores públicos. Gracias a todos los servidores públicos honestos, a su exposición pública y a su saber hacer, cuya contribución a la convivencia en paz es innegable, todos podemos aspirar a vivir un poco mejor. Aunque es lo deseable, no en todos los países se respeta a las personas, ni estas tienen los mismos derechos y oportunidades. En España, hasta que llegó la democracia no fue fácil, pero incluso en democracia también los asesinatos viles y los canallas miserables siguen existiendo. No hay sistema perfecto. Así, no hay sistema democrático que no haya sufrido y llorado a muchos servidores públicos que fueron vilmente asesinados. Basta con que te conviertas en un objetivo para alguien y desde ese momento puedes estar irremediablemente en el punto de mira. Intereses diversos y grupales normalmente, han hecho que a lo largo de la historia y en distintos lugares, hayan provocado la caída de Presidentes, Jueces, Fiscales, Policías, Abogados, Periodistas, o cualquier persona que se convierta en objetivo de aquel o aquellos a quienes no les guste el mensaje que tratas de proclamar desde la libertad de expresión y los valores que defiendes. De ahí que sea importante fortalecer nuestras alianzas de países, nuestras instituciones, nuestras Fuerzas y Cuerpos del Estado de Seguridad, etcétera, con el fin de fortalecer nuestro mejor sistema de convivencia: la democracia. El esfuerzo que todos hacemos para vivir en democracia no es gratuito. Todos pagamos un precio por vivir en nuestro estado social y democrático de derecho, pero este precio no es nada con el que deberíamos pagar si viviéramos en estados totalitarios o en los que personas como Nelson Mandela sufrieron prisión durante 27 años de su vida. Si tuviésemos la desgracia de vivir en un país así, podríamos conocer las injusticias de un sistema sin garantías y en los que los mayores beneficiarios son los seguidores y comparsas del líder de turno. Él pese a sufrir en sus carnes la injusticia quiso luchar por la convivencia de su pueblo en paz. Todo un ejemplo que trasciende fronteras. La libertad es importante y proteger los derechos de las personas igualmente es importante para librarnos de los abusos del poder.

En EEUU vuelve Trump, servidor público en su día, pero puesto en evidencia con la investigación que se llevó a cabo y en la que se ha demostrado que obró muy mal. La democracia ha de protegerse suficientemente de cualquier ataque y ha de estar preparada. Son muchas las personas que cuando no consiguen las cosas por las buenas lo quieren conseguir por la fuerza; y con su inconsciencia pueden dañar el sistema y a las personas. Nosotros, los defensores de la democracia, no debemos permitírselo, y debemos poner en marcha los mecanismos legales necesarios para evitarlo, así como desde la libertad de expresión, utilizar los medios de comunicación para evitar que consigan su propósito, que no es otro que imponer su gobierno por la fuerza.

En Ucrania, regresan personas que tenían la vida resuelta para luchar por su país. Otras personas allí mismo quieren ser rusos. La lucha armada entre partidarios y detractores parece que nunca termina, pero lo cierto es que todo el mundo de bien ama vivir en paz. Aunque a veces no queda más remedio que luchar por la paz.

Los muertos colocados uno al lado del otro en una larga hilera de cadáveres , tanto en un país de primera, de segunda o de tercera, impactan y dejan desolados y entristecidos a las personas que amamos la paz. Otros utilizan los artificios jurídicos, lingüísticos, falacias, y finalmente las armas para tratar de ganar. Sin embargo, matar no es ganar. Ver como un padre sostiene a su hijo muerto en sus brazos no es ganar. Es el sentimiento de tristeza y de impotencia ante la barbarie y sinrazón de las bombas, ponernos en el lugar del otro, el que nos hace comprender por lo que está pasando, y lo que nos mueve a querer cambiar el mundo. Parece imposible cambiar el mundo, pero quizás sea la indiferencia la que contribuye en mayor medida a su destrucción. La indiferencia ante los ataques a la libertad, a la vida, al abuso del fuerte sobre el débil, a la discriminación e intolerancia, solo sirve para abonar el campo de aquellos que quieren imponerse por la fuerza.