Siempre me ha parecido curiosísimo que la DGT informe en el BOE donde se encuentran los radares. Compras un navegador que te informa de su posición y cuando te acercas a uno, pita y reduces la velocidad. Pero una vez rebasado, como nadie te va a castigar, aprietas de nuevo el acelerador. Sería como si en el hipermercado te dicen dónde hay cámaras, para que en esa zona no robes nada.

Y aunque no tengas el aparato, hay grandes carteles que te lo indican. Me sorprende que multen a alguien en la carretera de Valencia, casi en Calasancios, en el túnel de San Juan (15.476 multas en 2021) o junto al Decathlon, que son, por lo visto los radares más "rentables", cuando ya te han avisado de que hay un radar y la máquina no es que sea liliputiense.

¿Habría tantos muertos por exceso de velocidad si no supiéramos donde están los radares? Apostaría que no. Cada año, la DGT, a través de impactantes anuncios, nos conciencia de la gravedad de los accidentes de circulación y los motivos que los provocan. Es sorprendente, pero, al parecer, aún queda gente que necesita que les recuerden las consecuencias de las imprudencias.

Según leo, el 75% de los fallecidos en accidentes en 2021 habían bebido. Me parece increíble y preocupante que haya gente tan descerebrada, y pediría más recursos para que se hicieran constantes controles de alcoholemia. Los borrachos, según el dicho popular, no mienten. Pero, al volante son unos delincuentes. Algunos piensan, de una

manera arrogante, que aguantan varias copas sin problema. Estos conductores, con tal de evitar responsabilidades, serían capaces de echarle la culpa a quien les vendió el alcohol.

No comprendo, por cierto, cómo se han eliminado los peajes en las autopistas. ¿Nos sobra el dinero y yo no me he enterado? Opino que las infraestructuras deben pagarlas quienes las usan, y no todos los españoles.

Circular en las autovías por el carril central a velocidad muy inferior a la permitida, para evitar tener que adelantar, dificultando la fluidez tráfico rodado, no dejar salir al coche parado en un cruce, ignorar los pasos de peatones, son actitudes incívicas de algunos conductores que supongo vienen provocadas para compensar las frustraciones en sus vidas.

No quiero olvidarme del móvil, los hay tan prepotentes que piensan que, por perder la visión de la carretera tres segundos, nada ocurrirá, máxime cuando ven que muchos conductores lo hacen. ¿Cuántas películas habéis visto en las que el protagonista conduce sin estar atento? La pena es que nunca podemos hablar con los actores, pese a que muchas veces tenemos ganas de gritarles y advertirles del peligro que están corriendo por su imprudencia.

Otra cuestión son las bicicletas. Yo salgo muchos domingos, siempre por carril bici. Aprovecho para pedirle al concejal que pode las ramas de los árboles que invaden dicho carril, pues cualquier día, alguien, al tratar de evitarlas, tendrá un accidente. Al menos, por donde yo voy, no es el Amazonas que describía la siempre brillante redactora de este diario, Carolina Pascual. Según mi modesto criterio, las bicis no están preparadas, ni por velocidad ni por tamaño, para circular por carretera. Todos vemos ocasionalmente la noticia de un ciclista fallecido, y no siempre es culpa de un conductor ebrio. ¿Cuántas bicis veis saltándose los semáforos en rojo? Por cierto, ¿cuándo van a obligar a los usuarios de patinetes a llevar casco, matrícula y seguro como cualquier otro vehículo?

A muchos futbolistas, que deberían dar ejemplo, como Benzema, Ballack, Río Ferdinand, les han pillado a más de 210 km/hora. Sonado fue el caso de Drenthe, que en 2010 se saltó seis semáforos y fue interceptado por la Policía Local de Alicante a 180 km/hora.

Aunque pueda parecer drástico, yo quitaría de por vida el carnet de conducir a los que provoquen una muerte. Esta medida coercitiva haría que, los que invaden el carril contrario, conduzcan drogados o borrachos, se saltan semáforos en rojo, etcétera, se lo pensaran dos veces.

Quiero terminar con la canción del alicantino Carlos Goñi que da título artículo ”No soporto a los ases del volante que a volar a dos cuarenta le llaman su factor riesgo, me parecen reprimidos y egoístas porque exponen mi pellejo, tu pellejo". Amigo lector, sé prudente al volante. Más vale llegar cinco minutos tarde que no llegar, y, total, si en España todo el mundo es tremendamente impuntual..., y eso es algo que yo, como el nombre de la canción, odio