Dicen que cuando alguien no quiere saber algo, no tiene más que hacer oídos sordos y dejará de pasar. Aunque parezca una afirmación absurda, no son pocos los que practican este comportamiento y el devenir de los tiempos, y una pequeña mirada temporal hacia atrás, no hace más que reafirmarnos en que el impulso en las cosas, tiene que ver mucho para que éstas sucedan o no.

Teorías económicas relacionadas con el sistema productivo nos hablaban hace siglos del auge del famoso axioma "laissez faire, laissez passer" (dejen hacer, dejen pasar) y el sistema productivo no está alejado del modelo social que impera en cada momento. No sé si los tiempos nos permiten mirar hacia otro lado, para que sigan pasando cosas sin hacer nada.

Andan los tiempos revueltos, y no precisamente de amores, como en la serie. Una sociedad que aún tiene marcada en su retina una pandemia que asoló a la humanidad de manera imprevista, se enfrenta ahora a una guerra en suelo europeo, que inevitablemente nos traslada a otros momentos de nuestra propia historia. Eso como mínimo.

Cierto es que en tiempos de incertidumbres los agoreros, son siempre los que tienen más posibilidades de acertar: peor no puede ser, o sí, no se sabe. Así que también estamos en tiempos de sí, pero no, pero puede ser y ya lo dije yo. Todo eso nada aporta más que a especulaciones y debates, que benefician a los que no les gusta que a muchos les vaya bien y a pocos les puede ir un poco peor.

Y pensará el lector, a dónde quiero llegar con todo esto. Bueno especialmente a salirme del camino estrecho que significa tener la razón, porque eso no aporta nada. Elucubrar sobre lo que puede pasar, o no, y alejarme de las incertidumbres que someten a las sociedades a presiones extraordinarias.

Prefiero acercarme a acciones y propuestas que nos sitúen en el camino donde se transita para reforzar los valores que protegen la calidad democrática de nuestro pueblo. Es en los modelos de sociedad, cuando las crisis ponen a prueba la capacidad de resistencia de los pilares en los que se sustentan y, entonces, sí que son importantes y fundamentales las acciones que se marcan como prioritarias. En todo esto la política, y el liderazgo tiene mucho que decir.

Defendía el President de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, en el discurso institucional con motivo del 9 d’Octubre, que “el autogobierno ha sido la palanca de progreso en estas cuatro décadas, en el año en el que se cumplen el 40 aniversario del Estatut d’Autonomia”. Pedía “justicia fiscal, para asegurar la justicia social”, reivindicando “un pacto de rentas y la voluntad de los políticos para alcanzar acuerdos”. Marcando el camino a seguir se establece un modelo socioeconómico.

Estamos en tiempos de acciones políticas claras y definidas que sean capaces de aglutinar las diversidades. No estamos en tiempos de más diferencias, ni exclusiones, que ahonden en las discriminaciones que históricamente tienen los pueblos y no hago alegoría de afectos provincianos, ni chovinistas, todo lo contrario, la globalidad no excluye el sur.

Reforzar los valores de la calidad democrática de nuestra tierra también es entender, con maestría, la diversidad. En un ejercicio práctico de acción política, es clave también la pluralidad, pero no menos importante es el reconocimiento de las necesidades particulares de los territorios y sus gentes, a pesar de ser un mismo pueblo.

Es la coralidad, la mirada periférica, la acción de escucha y debate, el reconocimiento de la policentricidad de esta tierra la que nos impone una acción política a tiempo completo. Todo lo demás seguirá siendo ruido, lo que no significa acción.

A lo mejor lo entendemos y de una vez dejamos de empujarnos, contradecirrnos y tomamos la iniciativa y colaboramos para avanzar, porque: “Tú y yo podríamos asociarnos para hablar de la vida; levantaríamos un gran relato sobre la existencia. ¿Lo hacemos? dijo el escritor. Lo hacemos, contestó el Paleontólogo” (La vida contada por un sapiens a un neandertal - Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga )

No me parece una mala idea. No me parece una mala política.