¡Cuántos personajes nefastos han ensombrecido la historia, han sembrado de horror y muerte el transcurso de los acontecimientos por su vanidad, por su fanatismo, por su soberbia! ¡Cuántos gobernantes nefastos continúan todavía detentando poderes que condenan a sus pueblos a la miseria, al hambre, a la incultura, a la guerra! Y si hubiera que relacionar todos y cada uno de tantos nefastos dirigentes que en el pasado y en el presente ha habido y hay, este artículo sería interminable… Pero la historia también acumula momentos nefastos, desastres épicos a veces de un espanto insoportable, aunque la humanidad los haya sobrellevado contra toda lógica razonable, pues el ser humano es capaz de la resistencia más heroica junto a las conductas más abominables y nefastas.

Fue en la antigua Roma donde se utilizó por primera vez el concepto de ne fasto en contraposición al término fasto, una forma de dividir los días muy bien descrita por el poeta Ovidio en sus Fastos, en los que dedica un extenso análisis a la forma en que se organiza el calendario romano y la importancia de la divinidad no sólo a la hora de dar nombre a los meses sino también de articular toda la vida pública. Así, vemos que los días fastos son aquellos que los ciudadanos dedicaban para guerrear, para tomar decisiones, para pleitear, para celebrar reuniones políticas, para trabajar. Es decir, algo como lo que hoy entendemos por días laborables. Por el contrario, los días nefastos serían los dedicados a los dioses, de manera que en todos ellos estaba prohibido trabajar o llevar a cabo alguna otra actividad que no fuera la celebración religiosa y el homenaje a la deidad de turno. Y lo más curioso es que no escaseaban en el calendario este tipo de jornadas, ya que de todos los días del año, al menos 109 eran nefastos. El motivo para diferenciar así los días es que estos no pertenecían a los hombres, sino a los dioses y su origen podía estar en que los deberes para con los dioses están antes que los intereses para con los hombres, es decir que los días dedicados a los dioses tienen absoluta preferencia, de tal modo que quien se los salta desatendiendo sus deberes para con ellos por atender a sus cosas, ha de contar con que no le saldrá bien lo que haga en ese día. El actual significado de nefasto quizá se debe a que se ha tomado la faceta negativa de esos días, los días en los que no se podía hacer lo que se quería, eran días proscritos, inapropiados o perdidos para la realización de muchas actividades.

Los romanos no daban a los días nefastos un carácter de mal agüero, como se hace hoy; ese tipo de día, para ellos, eran los dies atri (días negros), jornadas malditas en las que no se realizaba ninguna actividad, a no ser de urgencia, ya que estaban condenadas al fracaso. Estos días fueron los de las grandes derrotas militares y catástrofes, los dedicados al culto de los difuntos y todos los siguientes a las Kalendae, Nonae e Idvs.

Pero en la historia de la humanidad hay además sucesos épicos que con el paso del tiempo van dejando huella indeleble: el surgimiento del habla, el dominio del fuego, el uso de la rueda, el manejo de los metales, la escritura, el uso del caballo, las vacunas, la electricidad, la teoría de la evolución, el ferrocarril, la energía atómica, los aviones, la informática, internet, la globalización… Y tanto los motivos naturales como terremotos, sequías, inundaciones, epidemias, impactos de meteoritos, cometas, etc., como también los daños irreparables ocasionados por el hombre, como pueden ser las guerras, las diferencias religiosas, la intolerancia y el fanatismo se han convertido en hitos o mojones en el tiempo para ubicar otros acontecimientos destacados que entre el mito y la realidad han marcado el transcurso del ritmo histórico: El Diluvio Universal, La Caída del Imperio Egipcio, La Batalla de las Termópilas, La Desaparición de la Atlántida, La Destrucción de Sodoma y Gomorra, La Desaparición de la Civilización Minoica, La Peste en Grecia, La Derrota de los Esclavos en Roma, La Matanzas de los Inocentes por Herodes, La Diáspora Judía, La Persecución a los Cristianos en Roma, El Cerco de Numancia en España, El Incendio de la Biblioteca de Alejandría, El Incendio de Roma, El Asedio a los Judíos en Masada, La Erupción de Vesubio, La Caída de Imperio Romano de Occidente, La Caída del Califato Abasí, El Descubrimiento de América, La Imprenta de Gutenberg, La Reforma Protestante, La Revolución Industrial, La Revolución Rusa de 1905, El Ascenso de Hitler al poder en Alemania, La Dos Guerras Mundiales, Las Bombas Nucleares de Hiroshima y Nagasaki, La Llegada del Hombre a la Luna, La Caída del Muro de Berlín, Los Atentados del 11 de Septiembre en EE.UU., son momentos clave cuyo estudio supone el conocimiento de mucho de lo positivo y nefasto que compendian el devenir de la humanidad en esa ciencia llamada HISTORIA.