Nexo y unión: eso es San Crispín para los ilicitanos y empresarios del calzado. Y ha sido nexo a lo largo de los más de 70 años de historia. Una historia que nos cuenta lo que ocurrió en el pasado, y nos explica lo que somos hoy. San Crispín, por tanto, es una figura clave que cuenta nuestras raíces, unas raíces industriales. Un santo que empezó su andadura en la década de los 50, y que sigue contando con el clamor popular y la devoción al venerable zapatero.

Para conocer el origen de su devoción en Elche nos tenemos que remontar al Sindicato Vertical de la Piel, el cual estaba conformado por los productores de diversa índole, principalmente del calzado y sus componentes. En 1951, frente al aumento en la industria ilicitana en el sector del calzado y la disminución de la alpargata, se empezará a gestar un movimiento a favor de formar una ermita y un santo que sea la devoción de este sector industrial. A partir de este momento, y con la construcción de la ermita en 1951 diseñada por Serrano Peral sobre los planos de la coetánea Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, y la escultura realizada por el valenciano Gervasio García Peñarrubia, comenzarían las festividades y romerías en honor al santo.

Para conocer el origen de su devoción en Elche nos tenemos que remontar al Sindicato Vertical de la Piel, el cual estaba conformado por los productores de diversa índole, principalmente del calzado y sus componentes.

En 1951, frente al aumento en la industria ilicitana en el sector del calzado y la disminución de la alpargata, se empezará a gestar un movimiento a favor de formar una ermita y un santo que sea la devoción de este sector industrial.

La gestión de sus fiestas ha ido cambiando desde sus orígenes, donde desde el propio Sindicato Vertical se le encargaría a un industrial su organización y realización de las fiestas. Común era que se montase en la calle donde se encontraba la fábrica del industrial encargado de la organización, una serie de juegos tradicionales y tómbolas, con su posterior romería y celebración litúrgica en la Ermita de Carrús. Durante la Transición, y con la creación de la AICE (Asociación de Industriales del Calzado de Elche), pasaría a ser esta asociación empresarial la encargada de organizar los preparativos para honrar al patrón. Esta vez, y con una población muy superior en la economía zapatera que décadas pasadas, se pasó a celebrar los actos festivos y liturgias al recinto de la Ermita de San Crispín. Una celebración que muchos de los lectores recordaremos, y que posiblemente, fuesen las primeras en honrar a nuestro patrón del oficio laboral que desempeñábamos (y se sigue desempeñando).

Romería de San Crispín, en Elche, camino a la ermita del santo Antonio Amorós

Esta gestión, aplaudida y encargándose al industrial de turno asignado para tales tareas como venimos comentando, sería traslada a la primera asociación que se encomendaría exclusivamente de su realización: la Asociación Amigos de San Crispín. Fundada en 1996 por el mismo presidente de la AICE, Don Antonio Galiana Maciá, que creó una junta directiva para la organización de las fiestas al patrono zapatero. A partir de 2008 se empezaría a introducir a vecinos del barrio de Carrús, deseosos y con ganas de participar en la organización y tributo del santo. Tomás Mora, miembro de la asociación, se encargaría de agrupar y coordinar a todos los miembros de la asociación para la programación de las fiestas.

Esta gestión, aplaudida y encargándose al industrial de turno asignado para tales tareas como venimos comentando, sería traslada a la primera asociación que se encomendaría exclusivamente de su realización: la Asociación Amigos de San Crispín

Sus celebraciones han ido cambiando y transformándose a lo largo de la historia ante las nuevas necesidades de la sociedad. Sin embargo, lo que nunca ha faltado en su celebración es su trozo de coca salada, la que comúnmente conocemos como de «mollitas». Una comida muy arraigada en nuestra área geográfica en el momento del almuerzo. Punto del día donde se dialoga y se anima la gente con el parón, breve receso, pero agradable de la jornada laboral. Un espacio de tiempo donde la comunidad productiva zapatera deja de lado su espacio laboral para compartir momentos, espacios y palabras con los demás compañeros de trabajo.

Desde la asociación Amigos de San Crispín seguimos trabajando mes a mes con las diferentes asociaciones festeras y vecinales, con las que participamos en los diversos actos que se desarrollan durante el año. De igual forma, la comunicación con las empresas del calzado como son AVECAL (Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado) y la AEC (Asociación Española de Empresas de Componentes y Maquinaria para el Calzado y la Marroquinería) es siempre directa y con ganas de trabajar en las fiestas del patrón zapatero. Por otro lado, desde el Ayuntamiento de Elche y la Concejalía de Fiestas siempre están esperándonos con las puertas abiertas porque saben lo que significa San Crispín para todo el pueblo de Elche. Ellos nos facilitan los trámites y los aspectos necesarios dentro de sus competencias para que se desarrollen. En temática científica y divulgativa, la Cátedra del Calzado San Crispín de la Universidad Miguel Hernández de Elche nos invitan y apoyan en toda la labor que realizamos, como también nosotros en sus actos, jornadas y cursos que se desarrollan.

Los ilicitanos se llevan las tradicionales tachuelas de la imagen A.FAJARDO

Por nuestra parte no nos queda más que trabajar, día a día como todo ellos, para que cada año podamos celebrar las fiestas del patrón industrial. Tenemos un objetivo común, por el que se trabaja durante todo un año para que las fiestas salgan adelante y toda la población ilicitana y vecina, puedan rendir tributo, coger los clavos, los calendarios y pedir trabajo al santo que lleva con nosotros muchos lustros. Para ello, todo el equipo que formamos la asociación nos apoyamos en la junta directiva de la misma para que se siga trabajando.

Lo que nunca ha faltado en su celebración es su trozo de coca salada, la que comúnmente conocemos como de «mollitas». Una comida muy arraigada en nuestra área geográfica en el momento del almuerzo.

Entre los retos que nos hemos propuesto en los últimos años, y que se ha conseguido, es formar la Asociación de los Cuatro Puntos Cardinales: conformada por las asociaciones de San Antón, San Agatángelo, San Pascual y San Crispín. Tras la idea iniciada desde San Crispín, nos hemos puesto a trabajar conjuntamente las diferentes organizaciones encargadas de los santos, símbolos en la cultura y fiestas de la ciudad. Esto ha supuesto una cooperación y organización intensa donde en las próximas fiestas de la Venida de la Virgen veremos celebrar. Esta nueva asociación nace con los objetivos de potenciar las costumbres y tradiciones del municipio, y a su vez, transmitirlas para el futuro. Tenemos más proyectos que deseamos que salgan adelante, y que, con el apoyo de todas las empresas, entidades y la población de Elche, seguro que lo conseguiremos.

Entre los retos que nos hemos propuesto en los últimos años, y que se ha conseguido, es formar la Asociación de los Cuatro Puntos Cardinales: conformada por las asociaciones de San Antón, San Agatángelo, San Pascual y San Crispín.

Estas fiestas, como iniciamos este artículo, consiguen que se continúe formalizando el punto de unión entre fabricantes, trabajadores del calzado y al pueblo ilicitano. Y una vez más, os invitamos en nombre de la Asociación de Amigos de San Crispín a que participéis y disfrutéis de nuestras fiestas.

¡Viva San Crispín!