Tomás Almela, pintor

En Elche los amantes de la pintura estamos de enhorabuena. ¡por fin una exposición de nuestro Tomás Almela!, el pintor más admirado de la ciudad por sus magníficos cuadros de palmeras y paisajes de la sierra.

Gracias al tesón de un grupo de colaboradores, capitaneados por José Manuel Solá, biógrafo y comisario; Francisco Javier Almela, hijo del pintor; y Marga Antón, Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Elche, vamos a tener la oportunidad de disfrutar de la prolongación histórica de nuestra pintura local que anduvo en paralelo con un arte de corte más político y social.

La muestra antológica y documental de Tomás Almela (Elche, 1934) se ofrece en dos salas de exposiciones muy cercanas y bien emblemáticas de la ciudad: la I parte en La Calahorra y la II parte en la Lonja Medieval.

En la I PARTE (La Calahorra), se denomina 1ª Época la muestra cronológica de dibujos y pinturas hasta 1956, que recoge los inicios y formación académica del pintor. La 2ª Época abarca de 1956 a 1976, consolidación de la pintura de Tomás.

Rafael es otro apasionado de la pintura con un parecido técnico asombroso a su hermano en la ejecución de las palmeras. Y a quien se debe el extraordinario retrato al óleo de Tomás que preside la portada del precioso catálogo biográfico

Ha resultado especialmente emotivo tropezarnos en la sala con una réplica del paritorio del pintor: su caballete con un lienzo a medias; la silla y el taburete; la mesita repleta de pinceles y tubos de pintura …y la paleta con los colores favoritos. Evocación del silencio y la soledad con que se pinta.

Para quienes han admirado desde siempre el dibujo y la pintura, pero nunca se atrevieron a meterse en estos berenjenales, les va a encantar observar los primeros pasos de la disciplina artística: los clásicos dibujos con carboncillo y difumino de figuras de yeso que tanto nos fascinan por la magia de la valoración tonal. También, esos primeros óleos tan sinceros en la captación del natural.

Y me ha parecido muy elegante, y de justicia, que se haya tenido en cuenta la vocación conjunta de Tomás y su hermano Rafael a la hora de considerar el desarrollo creativo de un pintor. En la sala hay dibujos y pinturas de los dos artistas. Rafael es otro apasionado de la pintura con un parecido técnico asombroso a su hermano en la ejecución de las palmeras. Y a quien se debe el extraordinario retrato al óleo de Tomás que preside la portada del precioso catálogo biográfico confeccionado para la ocasión.

Finalmente, a modo de contexto, se muestra en vitrinas retazos de la vida de Tomás en forma de documentos y recuerdos: primeras libretas escolares, fotografías de todas las edades, recortes de periódicos, catálogos, medallas, etc. Ahora estamos todos los amigos impacientes por tener la biografía de Tomás en nuestras manos. Su biógrafo, José Manuel Solá, nos dice que está a punto de salir de imprenta.

En la II parte (Lonja Medieval), la 3ª Época abarca de 1977 a 1990, cuando Tomás se posiciona ya como uno de los más acreditados paisajistas de La Terreta. La 4ª Época comienza a partir de 1990, pinta la colección «Montañas Alicantinas». En 1998, la colección «Salinas Mediterráneo». En 2005, la colección «Dunas Mediterráneo». Y en 2017, la colección «Pinadas Mediterráneo». La 5ª Época, realizada entre 2017 y 2022, paisaje de montañas y cubismo, se muestra ahora por primera vez.

Y se ha conseguido una introducción a la obra de Tomás excelente. Pero, ¡ojo!, de este pintor antes o después se tendrán que hacer más exposiciones y más extensas. La historia de la buena pintura así lo requerirá.

Si bien Tomás se especializó en una pintura luminosa, de corte impresionista, aplicada sobre todo a la temática de los palmerales, y de cuyos sucesivos encargos ha podido pintar sin necesidad de exponer, Tomás también ha mantenido siempre un contacto visual con los paisajistas de su tiempo o de su admiración, como Benjamín Palencia, Francisco Lozano, Vaquero, Genaro Lahuerta, Zabaleta, Emilio Varela, etc. que le inspirarían temáticas y estilos más audaces y experimentales. Dándonos, así, su mejor pintura.

Como todos sabemos, la sala de la Lonja Medieval es una preciosidad de espacio expositivo, pero muy reducido. Me imagino el trabajo que habrá llevado a los organizadores de la antológica escoger las obras más representativas de cada época del pintor. En la sala hay cuadros bellísimos que pertenecen a la colección particular del artista, a la de su hijo Javier y a la de otras personas, como Francisco Flores. Y se ha conseguido una introducción a la obra de Tomás excelente. Pero, ¡ojo!, de este pintor antes o después se tendrán que hacer más exposiciones y más extensas. La historia de la buena pintura así lo requerirá.

Y, dicho sin acritud, resulta de un raro muy llamativo que, precisamente en la ciudad de las palmeras, no figure ningún cuadro de Tomás en los recibidores de las instituciones públicas.

Continuará…