Alicientes garantizados en “Ghost”

Ghost, el musical

TEATRO PRINCIPAL DE ALICANTE

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De Bruce J. Rubin. Adaptación: Silvia Montesinos

Música: Dave Stuart y Glen Ballard. Dirección: Federico Bellone

Hay fantasma musical para rato en el coliseo alicantino con esta adaptación de la popular película «Ghost». Más frecuente es que una obra de teatro se convierta en filme. Se siente nostalgia al evocar la canción «Unchained melody», una de las más versionadas y que se dio a conocer en 1955, en la cinta «Unchained». En la película de 1990 la interpreta The Righteous Brothers con la versión de 1965. Bella melodía, números musicales y banda en directo, dirigida por Julio Awad.

¿Quién no recuerda a esta enamorada pareja que ve rota su felicidad cuando a él, un joven ejecutivo, lo asesinan en un atraco? El espíritu intenta desvelar el oscuro asunto, una estafa millonaria, e intenta sintonizar con su amada a través de la vidente de pacotilla que sin querer les ayuda a encontrarse en un estado intermedio. Quiere defenderla de la misma amenaza.

La dirección de Federico Bellone administra el pastel romántico, el melodrama, la comedia fantástica y el amor sobrenatural, y quedan servidos, durante más de dos horas, a los numerosos comensales que acuden al Principal de Alicante. La expectación mantiene el tipo, aunque la mayoría conoce las incidencias y el desenlace.

Las canciones gustan con las voces de los intérpretes, quienes también ponen su aliento en cada uno de sus papeles. En los inicios de su andadura en el teatro musical, David Bustamante, con extenso recorrido en el mundo de la música, es un reclamo, pero defiende su papel con soltura, confianza y energía. En ocasiones le sustituyen.

Entre otros, Ana Dachs, Ricky Merino, Christian Sánchez y Ela Ruiz, la impetuosa médium en varios pasajes que caen en los brazos de la ridícula parodia. Aun así, el desarrollo escénico fluye bien, y vean algunos efectos especiales en los ámbitos escenográficos de Bellone, donde el diseño de luces de Valerio Tiberi juega su importante labor. O la coreografía de Chiara Vecchi.

Estos espectáculos atraen a un público mayoritario con ganas de entretenimiento. El montaje lo da ampliamente. Y el espectador recompensa.