Opinión

El triste final de Ciudadanos en Elche

Aquellos que quieren seguir con las siglas lo tienen cada vez más difícil porque hay quien quiere morir matando

Ontiveros y Crisol, en el último pleno

Ontiveros y Crisol, en el último pleno / AXEL ALVAREZ

M. Alarcón

M. Alarcón

Pocos partidos habían dado tantas esperanzas como Ciudadanos (Cs) para acabar con el bipartidismo con una fórmula alternativa a dos modos antagónicos de gobernar. La descomposición a la que asistimos tiene su reflejo en Elche en una agonía que parece no terminará nunca. Aquellos que quieren seguir con las siglas lo tienen cada vez más difícil porque hay quien quiere morir matando. Mientras, PSOE y PP se han lanzado ya a por esos votantes ilicitanos que un día perdieron, que eran críticos con su gestión y ahora tienen que decidir entre quedarse en casa y no votar el último domingo de mayo o volver a elegir. ¿Guatemala o Guatepeor?

La defunción de la formación naranja en Elche se ha convertido casi en un esperpento que vivirá hoy viernes, que hay un pleno extraordinario, otro capítulo más que, igual y a estas alturas da lo mismo, pero que no deberíamos olvidar porque la realidad que tenemos ante nosotros es vergonzante por cómo miembros de un partido llamado a ser bisagra y solución están dando a estas alturas un ejemplo de bajeza difícilmente superable por quienes fueron elegidos para el honor que tiene el representar a la sociedad. Uno entra en política, que debe ser como un túnel en el que todo se oscurece, y ya no sabe distinguir el bien del mal ni hacia dónde va.

Les explico. Hace hoy 19 días y en un pleno la portavoz en Elche, Eva Crisol, anunció su dimisión, pero ayer al mediodía seguía con el acta en su poder. El motivo para marcharse no era otro que su partido había reingresado a Eduardo García-Ontiveros, a quien echó seis meses después del inicio del mandato con un expediente que ya me dirán ustedes lo sesudo y justificado que estaba cuando ahora lo indulta. Y lo ha readmitido pese a que este, abogado de profesión, demandó al poco a la formación porque se habían conculcado sus derechos, pleito que perdió y tenía recurrido. El que esto firma pidió en su momento en esta misma columna que dimitiera y se fuera a su casa porque, aunque él pudiera pensar que el acta era suya, era de su partido. Casi 9.000 ilicitanos votaron a Ciudadanos en 2019, pero no a él -bueno, su familia y amigos sí lo hicieron-, votaron a la marca y a lo que representaba. Y tanto hubiera dado si estaba él de cabeza de lista o David Caballero, otro al que echaron, y que, aunque ya no esté, parece que no se haya ido porque su nombre sigue circulando. Pero García-Ontiveros ha hecho buena esa máxima de que el que resiste gana, aunque haya sido quizá a costa del crédito que tenía y eso que no es mal político.

El último pleno en Elche, con los dos ediles de Cs en primer término

El último pleno en Elche, con los dos ediles de Cs en primer término / AXEL ALVAREZ

Lo echaron de Cs por una discusión con su compañera de lista por quién debía ser el asesor; es decir, a quien había que darle un sueldo. Si a la número 3 de la lista (Irene Ripoll, de la confianza de García-Ontiveros); o a la número 6 (Paz Gallud, de la de Crisol). Y él, portavoz y ungido, perdió porque no era del aparato. Hasta el pasado martes la asesora era Paz Gallud. Ese día Crisol, quien sigue como concejal y portavoz, insisto, notificó al secretario que había que darla de baja. Mientras, ella dice seguir porque no le han notificado su baja de Cs y porque debe arreglar cuentas con el partido.

El reingreso como edil a Cs de García-Ontiveros es lo que obliga al pleno de hoy porque el único cometido que tiene es una cuestión técnica: cuando se marchó a los no adscritos se tuvo que modificar todo el voto de las comisiones para que el equipo de gobierno siguiera teniendo mayoría. Ahora hay que deshacer ese entuerto que provocó el partido naranja. Será un pleno de pocos minutos pero que conllevara la lógica indemnización a los ediles sin dedicación.

Nadie sabe si hoy estará en la sesión la aún portavoz, la que hace 19 días dimitió en público, pero mientras no deje el acta no podrá entrar la número 3, que ya saben quién es. Y ya les digo que en estos dos meses de mandato hará todo lo posible, si no lo ha hecho ya, para servir la venganza en plato frío. Lo dicho, en Cs venían a cambiar el mundo y terminaron por sembrar la desesperanza entre sus ciudadanos y despedazándose entre ellos.