Luchando por Siete Enanitos

Pancartas contra la gestión municipal tras el desalojo de Siete Enanitos

Pancartas contra la gestión municipal tras el desalojo de Siete Enanitos / ALEX DOMINGUEZ

Jordi Chicoy Mira

Soy Jordi Chicoy, padre de una alumna afectada por el cierre de la Escuela Infantil Siete Enanitos. Esta carta va dirigida a los políticos, encabezados por Julia Llopis, que con su decisión de no permitir el miércoles pasado una votación por el consejo rector, incumplisteis los artículos 14 y 15 de los Estatutos del Patronato Municipal de Educación Infantil del Ayuntamiento de Alicante.

Llevo varios días desglosando el “golpe en la mesa” que suponen las nuevas normas aprobadas en 2021, así como sus consecuencias prácticas. Los padres y madres no pintamos nada. Se ha delegado nuestra representación a una asociación de padres y madres que tiene nula vinculación con el centro, y con la que no se ha tenido ningún encuentro hasta el pasado lunes 20 de marzo. Recordemos que este tema se empezó a tratar el día 5 de febrero, culminado el día 2 de marzo en un desalojo forzoso de los niños y niñas por motivos de seguridad.

Por otro lado, durante estos días, todo el personal que forma parte del patronato (personal propio, directoras de los centros, algunas profesoras…) han actuado con Julia como en el cuento de “El nuevo traje del emperador”. Además de optar por creerse todo lo que decía, lo han transmitido al resto como verdades absolutas. Llegando incluso a silenciar a las personas que mostraban discrepancias “Qué dices, si el barracón es precioso. ¿Cómo no lo ves?”.

Los padres y madres vemos como las clases se masifican duplicando la ratio de niños por aula, la atención del profesorado se ve mermada irremediablemente, los niños cambian conductas en clase y también en casa…

Sí, puede que seamos una minoría los que gritemos “el rey esta desnudo”, pero lo gritamos a los cuatro vientos para que todos se enteren y abran los ojos. Así que optaron por no correr riesgos y eliminar en la votación la parte de “barracones si o barracones no”. Conseguisteis tenerlo todo bien atado. Se saltaron el reglamento para poder aseguraros el resultado. Dieron ganador a un equipo sin ni siquiera disputar el partido.

Debo reconocer que ese miedo mostrado está muy justificado, porque a pesar de no dar otra opción a los barracones y habernos dicho que, si queríamos otra solución, la encontrásemos nosotros mismos, lo hemos hecho. Sin tener ni idea del tema, nos hemos organizado y hemos sido capaces de hacer su trabajo y encontrar una solución diferente a les que les conviene. Una solución que no masifica la escuela, que no maltrata a nuestros niños, que no nos invita a salir del centro y así evita reducir la escuela a nada.

Ya han empezado a no cubrir las bajas de las maestras que se producen. Una profesora que antes estaba con 18 niños, ahora puede estar con 36 sin problemas.Como resultado de vuestra gestión, ya son varias familias las que han dado de baja a sus hijos e hijas.

Como bien dice el dicho: “quien impone su razón con la fuerza, no demuestra tener razón, sino fuerza”. Lo que habéis hecho imponiendo los barracones es demostrar vuestra fuerza pero, para nada habéis demostrado tener razón.

Por cierto, gracias a este periódico, pudimos ser conscientes del ofrecimiento que se hizo la Junta de Distrito de la Zona Norte poniendo a disposición el aula de Cultura Juan XXIII. Investigando un poco sobre el tema, localizamos a una de las personas que estuvo en esa reunión y la concejala Llopis la descarto, “porque sus opciones eran: todos los niños muy juntitos a Els Xiquets o coger barracones”, amparada en que existe mucho absentismo y que las plazas que no se ocuparan no se iban a reponer.

Después de escuchar eso, a mí me suena a “Los Juegos del hambre”; que sobreviva el más fuerte. Después de demostrar ese cariño por nuestros hijos e hijas, no sé a qué espera para dimitir. Alguien que dice algo así no esta capacitada para empeñar un cargo como el que tiene.

Visto lo visto me surge una pregunta: ¿Qué sentido tiene que sean, los encargados de los niños y su bienestar, personas a las que no les importan nada y no luchan por ellos? Posiblemente Barcala es consciente de esto y por ello, el aula de Juan XXIII que no aparecía en el mapa es, de repente, una de las opciones posibles. Sólo faltaba la voluntad política para llevarlas a cabo. Ojalá esto no sea una mera promesa electoral y realmente se cumpla. Si no lo es seguiremos luchando por nuestro bien más preciado, nuestros hijos e hijas, hasta conseguir que el ayuntamiento les dé el trato que se merecen y no el trato que se les está dando actualmente.