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¿Estamos en fiestas?

¿Estamos en fiestas?AXEL ALVAREZ

El pregón de fiestas, desde siempre, supone la puerta de entrada en las mismas. Los pregones son un acto protocolario relativamente reciente en las celebraciones. Las fiestas de cualquier parte ya existían antes que los pregones. Lo que sí está muy claro es que cuando éstos se incluyeron en el programa festero lo hicieron pegados a los días grandes de la celebración.

El pregón viene a ser el equivalente al chupinazo sanferminero de Navarra. A partir del mismo, la fiesta invade todos los rincones de la ciudad. No importa lo grande que sea. Así fue en Alicante hasta anteayer. Los que por desgracia somos mayores lo recordamos muy bien. En 1989 (61 años después de su fundación) las Hogueras de San Juan contaban con un programa de actos bien apretado, del 21 al 24 de junio, y el mismísimo 21 de junio tenía lugar la Entrada de Bandas de todas las comisiones, antes de la planta de los monumentos; el 22 la Ofrenda en jornada única, por supuesto; el 23 el Desfile Folclórico, para concluir el 24 con la cremà. El pregón no tenía lugar hasta el instante mismo en que las fiestas iban a estallar. El pregonero de turno gritaba desde los balcones del Ayuntamiento: “Alicante está en fiestas”. Y la ciudad se transformaba en unas horas para no volver a ser la misma hasta que cuatro días después las Hogueras no eran pasto de las llamas.

Hasta que alguien comenzó a estirar el calendario de Fogueres como un acordeón. Ya pasó el Pregón. Pero duda mucho que Alicante esté inmersa en sus fiestas de Hogueras. Eso ocurrirá el 20 de junio. ¿O el Pregón es el equivalente a la Crida en este proceso de mimetismo con València?

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