¡Toxinas, fuera!

Vicente Barrera: del coso a la cosa pública

Vicente Barrera: del coso a la cosa pública / INFORMACIÓN

Francisco Esquivel

Francisco Esquivel

Estoy por la playa al volante esperando en una rotonda a que el semáforo se ponga en verde cuando se echa prácticamente encima un corredor y advierto que es Mazón con otro el día siguiente de sentarse con Vicente Barrera y demás a fin de sacar adelante en un pis pas la faena. En cuanto pasan escruto el horizonte por si se tratara de un encierro, pero advierto que la pareja trota sola ante el peligro de cruzar por donde no debe. Lo comento en la sobremesa de un cariz electoral que espanta y uno de los presentes aporta que lo ha visto por el centro en el mismo plan. Se ve que necesita perder toxinas. Para una sustancia venenosa que puede eliminar...

   Aunque, claro, ha esprintado en su territorio a tal ritmo que lleva al propio jefe de la colla con la lengua fuera y el hombre se descompasa. Es lo que le ocurrió en una de las estaciones del exigente circuito que resta hasta el 23J en el que tuvo que volver a responder por las credenciales del interlocutor sentado frente al velocista alicantino y no se le ocurrió otra idea mejor que acabar el recorrido sobre el perfil pedestre del condenado con un «es que tuvo un divorcio duro y conllevó un abuso verbal hacia su exmujer». ¿Uno? Según la resolución judicial se trató de veintiuna faltas de coacciones, injurias y vejaciones contra su expareja y madre de sus hijos profiriendo epítetos del tenor de «secuestradora de niños, ladrona, puta». En nada, ya saben: estaremos ante «su señoría».

   El lindo portavoz del mandamás hubo de salir al quite para intentar matizar el extravío señalando que lo que él recoge «son algunas de las cosas que nos decían para minimizar la importancia del hecho». No sé si es mejor para el aval del defendido ni cuánto le queda esta vez a Borja Sémper que, a su edad, ya debería saber cuál es su sitio. Igual que las izquierdas, empecinadas en volcarse en los vaivenes ultramontanos en lugar de dejarle a Feijóo la ración completa. Que para eso es suya, jomíos.