Las dos Españas

Luis Segovia

Luis Segovia

Durante dos siglos las llamadas dos Españas se han enfrentado con pronunciamientos militares revolucionarios y contrarrevolucionarios, golpes de estado, sistemas democráticos y dictatoriales, repúblicas y monarquías y terribles guerras civiles.

Frente al trienio liberal de 1820-23 hubo la reacción absolutista de Fernando VII, con el centralismo y cierto liberalismo de la regente María Cristina y de la reina Isabel II; aparece el carlismo con sus fueros y descentralización medieval, que continuaría con los separatismos vascos y catalanes, produciendo una sangrienta guerra civil; después de la proclamación de la primera república de 1873 vendrá un golpe militar y restauración de la monarquía de los Borbones, un sistema caciquil pero al fin y al cabo democrático, que destruye el alzamiento militar de 1923 de Primo de Rivera con un sistema dictatorial; por último proclamada la segunda república en 1931, se da el golpe de estado de 1936 que desemboca la horrorosa guerra civil y la dictadura de Franco durante 40 años.

Pero desde hace 45 años, con la transición democrática se ha producido el fenómeno histórico de que el enfrentamiento de las dos Españas se haya resuelto por medio de elecciones democráticas de alternancia en el poder. La España liberal y servil, la constitucional y autoritaria, la laica y la clerical, democrática y fascista, que iba apareciendo en las diferentes fases históricas anteriores que terminaba violentamente. Hoy España cuenta con un sistema democrático donde el enfrentamiento entre las derechas y la izquierda se someten al dictamen de las urnas por primera vez en la historia moderna de España, proporcionando un período de paz política incluida la pacificación de los separatismos vascos y catalanes.

Pero está surgiendo un movimiento ultraconservador y con tintes antidemocráticos, que empezó en Estados Unidos con Trump, en Brasil con Bolsonaro, y establecido con los gobiernos de Polonia y Hungría y actualmente en Italia con Meloni, y que en España está representado por VOX. Este populismo de derechas tiene en común la negativa al cambio climático, son antivacunas ante las epidemias, se oponen al aborto y a la eutanasia, no admiten la violencia de género, la transexualidad, el feminismo como ideología, no son partidarios de tratados ni asociaciones transnacionales, y lo primero es su nación que debe volver a sus principios tradicionales que se están destruyendo con el liberalismo e izquierdismo. Son un peligro para la democracia, ya que suelen negar los resultados electorales o crean sospechas de pucherazo cuando no le son favorables las urnas. Esperemos que las próximas elecciones que tenemos desaparezca este peligro y quede reducido a un grupo minúsculo, ya que este régimen democrático y de alternancia en el poder ha costado mucho a todos los españoles para conseguir que no se vuelva a discutir con violencia o con regímenes dictatoriales. No dejemos que el odio a la diversidad y a la tolerancia y los derechos conseguidos estos años, se destruya.