Milei, nace otro contra la casta

Javier Milei.

Javier Milei. / EFE

Matías Vallés

Matías Vallés

En Javier Milei sorprende antes la retranca que el grito. Conviene seguir de cerca a los autodidactadores argentinos por si florece un nuevo Perón, pero este «liberal libertario» recuerda a un Beppe Grillo más preocupado por el efecto del gag en el espectador que por salvar el país. Hasta que la revelación argentina dribla que «los políticos necesitaban seguir robando», y remata contra «la casta» que es progresista en su caso. Es decir, sintetiza al Trump de la ciénaga de Washington con Pablo Iglesias, la fusión de ritmos populistas bordea el rococó.

Se juzga erróneamente a Milei por su extraordinario vídeo de TikTok, en el que imita a Groucho suprimiendo ministerios por las bravas como desearía cualquier contribuyente, en su denuncia del mantra de que «cada necesidad genera un derecho». En realidad es un hombre desengañado, sinónimo de argentino, que ha puesto manos a la obra. Su discurso consiste en tomar por sorpresa las cautelas de los periodistas, a quienes encasta entre los cortesanos igual que estila Iglesias. Desde la percha del atrevimiento insolente, el aspirante a la Casa Rosada decreta el fin del kirchnerismo y resume la historia de la Economía en cinco mitines.

Milei se dirige emocionado a sus hijos «de cuatro patas», en el reparto de agradecimientos tras su inesperado liderazgo electoral. Trata a sus mascotas con más deferencia que a unos seguidores que no acaban de entenderle, pero que lo adoran porque ha llamado «ladrones» a sus colegas, y pasaron los tiempos en que se votaba un discurso o un programa electoral. Hay que abreviar y simplificar, pero la nueva estrella de la creciente extrema derecha se remansa a menudo para explicarle a un entrevistador en qué consiste Milton Friedman, el asesor económico privilegiado de Pinochet. Desde la España cada vez más despistada, Abascal se abraza al triunfador argentino como si fuera su salvavidas, cuando la apisonadora argentina aporta otra prueba de que el presidente de Vox tendría que haber dimitido el 23J antes de la medianoche.

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