Tribuna

Pensemos en futuro

Cuando pensaba que habíamos conseguido poner la última carta a la pirámide, una de ellas cae y nos sumerge en la imagen que a todas las naciones se está ofreciendo.

Rubiales y Vilda, tras ganar la Selección de España de Fútbol Femenino el Mundial

Rubiales y Vilda, tras ganar la Selección de España de Fútbol Femenino el Mundial / JORDI GIL.

Joaquín Quiles Lloret

Joaquín Quiles Lloret

Buenos días queridos amigos y amigas. Escribí estas líneas el pasado sábado tras efectuar mi recorrido mañanero. Un total de seis kilómetros y bendecido por una fina lluvia que vino a paliar los calores.

Mi pensamiento lo dirijo pero de pasada, por cuanto no me apetece entrar a juzgar hechos, a la rueda de Prensa dada por el seleccionador nacional, Luis de la Fuente. En la actualidad, paso de ser cliente de una televisión que no me convence y me dedico a la lectura.

Pero sí que me interesaba la rueda de Prensa y no por quién la ofrecía sino por las preguntas de los profesionales de los medios de comunicación.

Quedé decepcionado. Parecía que les hubiesen facilitado fotocopias de la primera pregunta. El periodista le requirió sobre los aplausos que dirigió al presidente Luis Rubiales y si estaba de acuerdo con él. A partir de ahí las sucesivas preguntas fueron copia de la anterior.

A mi poco entender y respetando a todos los profesionales de la información que no dudo son superiores a mis conocimientos de Periodismo, mi pregunta hubiese sido remitida al futuro: Si será posible que los profesionales jugadores, que no son máquinas, que son personas, con sentimientos y opiniones diversas, se sentirán arropados por unos señores que están en el candelero del fútbol.

Rubiales

Rubiales / Oscar J. Barroso

Mi edad de 78 años me otorga haber vivido situaciones en las cuales ser español era humillante. No gozábamos de un respeto de las demás naciones. Pero pasó el 1975 y entramos en el 1978. Figuras políticas, económicas, sindicales..., en total siete de diferentes y muy encontradas ideas se reúnen y llegaron a un acuerdo por el que se dicta la Constitución del 78.

Hubo un cambio en nuestro país. Recuerdo en mi caso que escuchamos un griterío. Mi abuela se asomó al balcón y nos llamó. Era una manifestación por cuanto se había legalizado el partido comunista. Mi abuela nos dijo que era impensable el que llegase ese momento.

Para cerrar mi pensamiento, nos costó mucho el que nuestra nación fuese reconocida como modelo de un sistema democrático. Con respeto, trabajo y mucha ilusión ascendimos hasta conseguir ser modelo para el mundo.

Cuando pensaba que habíamos conseguido poner la última carta a la pirámide una de ellas cae y nos sumerge en la imagen que a todas las naciones se está ofreciendo.

Bueno, si fallan los poderes para decidir del Estado siempre hay uno que no se puede eliminar: el del voto que corresponde al pueblo.

Así que a conseguir nuevamente subir el listón del respeto conseguido.