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TEATRO CRÍTICA

Marc Llorente

Solo para devotos es “No me toques el cuento”

Solo para devotos es “No me toques el cuento”INFORMACIÓN

No me toques el cuento

TEATRO PRINCIPAL DE ALICANTE

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Creación y dirección: Olivia Lara. Compañía: Teatroz

Aurora, Cenicienta, Blancanieves y Bella son algunas de las populares princesas Disney que proceden de diversas fuentes y varios escritores. Personajes de cuentos de hadas que tienen antiguos orígenes en los que se basaron Charles Perrault y los hermanos Grimm («La bella durmiente» y «La cenicienta»), los Grimm nuevamente («Blancanieves») y Leprince de Beaumont («La bella y la bestia»). Estas heroínas constituyen esos referentes clásicos de valerosidad. Pero es posible realizar una readaptación a los nuevos tiempos.

Ellas se rebelan y rompen los límites de cada convencional relato. Una farsa. Visten como las figuras de esas películas y cuentan sus propias realidades e inquietudes. ¿Qué puede ocurrir tras la apariencia del final feliz, con el correspondiente príncipe azul y lo de comer perdices? Recuérdense estas historias con denominadores comunes. Profundos sueños y besos que las despiertan, o las injusticias y las salvaciones femeninas por parte de ellos.

Se declaran en huelga y exponen sus cosas con sentido crítico, en forma de breves monólogos y diálogos o parloteo más bien. Buscan la complicidad del numeroso público, la risa fácil con sus recursos de expresión, sin avance escénico, y una supuesta comicidad que funciona en los incondicionales.

Collete Casas, Isabel Morán, Carmen Calle y Olivia Lara, comedianta, creadora y directora de «No me toques el cuento», forman la compañía malagueña Teatroz, e imaginen quién tiene narcolepsia. Chonicienta dejó los tacones de cristal. Blanca es bipolar, adicta a las grageas, y a Bella le preocupa no ser siempre guapa. Quieren liberarse e interpretan canciones. Huyen de ciertos clichés, pero se abrazan a otros estereotipos y caen en la vulgaridad, los tópicos y las exageraciones, especialmente Collete Casas y Carmen Calle.

Las señales feministas, reivindicativas, se muestran con palabras superficiales y quedan diluidas, sin valor teatral. El éxito en taquilla no siempre es signo de calidad, como se pudo ver en el coliseo alicantino.

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