Vas con Israel, quieras o no

Ataques aéreos israelíes contra la ciudad de Khan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza

Ataques aéreos israelíes contra la ciudad de Khan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza / Abed Rahim Khatib/dpa

Matías Vallés

Matías Vallés

Es la pregunta de la semana, en imitación y sustitución del sempiterno Barça-Madrid. ¿Vas con Israel o con Palestina? Y se desencadena la discusión familiar más virulenta desde la declaración de independencia de Cataluña. El año pasado simplificó el trámite con un Rusia-Ucrania donde era cómodo alinearse contra Putin, en 2023 han subido las apuestas porque cuesta encontrarle el lado positivo a Hamás y a Netanyahu. Estas disyuntivas se plantean desde el presupuesto tramposo de que cabe elegir. Por tanto, siento comunicarte que vas con Israel, quieras o no. También tu familia puede caerte antipática, pero sin opción de recambio.

Corren malos tiempos para el maniqueísmo. En un debate bien surtido de viandas y regado de caldos, el estómago del argumentador prefiere solidarizarse con la suerte aciaga de Palestina, lo cual inclina su balanza de esta semana en contra de Israel. Sin embargo, la relativización de los sucesos de Gaza y aledaños solo es asumible para quienes acepten generosos que personas más desfavorecidas los pasen a cuchillo, en justa retribución por la desigualdad económica que padecen. El resto, y tenemos derecho a suponer que no son una minoría, han de pujar por Israel. Es evidente que Tel Aviv mata, como Bush en Afganistán/Irak aunque no sabría distinguirlos en un mapa, pero no tengo noticia de que hayamos dejado de volar a Nueva York.

Vas con Israel, un enclave occidental en Oriente Medio, aunque puedes ensayar juegos malabares propicios porque el diente por diente va a ser elevado a cien ojos por ojo. Palestina es otro de los ejemplos de la trastienda del planeta, y la visita aunque sea virtual al desván te tranquiliza sobre las confortables condiciones en que se desarrolla tu existencia, hasta hoy mismo. (Este artículo contiene expresiones ofensivas más allá de lo insoportable, para cualquier ciudadano tan concienciado que ha sacrificado alguna de sus tres comidas diarias atribulado por los sucesos de Palestina, y a quien procede pedir perdón humildemente).

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