TEATRO CRÍTICA

Huir de la mediocridad en “Entre copas”

Huir de la mediocridad en “Entre copas”

Huir de la mediocridad en “Entre copas” / Marc Llorente

Marc Llorente

Marc Llorente

Entre copas

TEATRO PRINCIPAL DE ALICANTE

***

De Rex Pickett. Compañía: Ados Teatroa. Dirección: Garbi Losada  

Dos amigos desde que iban juntos al colegio, uno pesimista y otro optimista y seductor, comparten un viaje como despedida de soltero del segundo. Visitan viñedos y beben vinos en esta comedia dramática, simpática, inteligente y con su agridulce cotidianidad. 

Patxi Freytez es el divorciado deprimido que pretende publicar una novela. Juanjo Artero es productor de telebasura y actor en ocasiones. Conforman esa pareja «perfecta» y surgen antagonismos e inevitables choques. La crisis de la mediana edad sale a colación a buen ritmo. La amistad, la soledad, el paso del tiempo o la tentación de gozar cada sujeto a su manera. Huir de la mediocridad y sentirse vivos hallando la idónea realización personal, profesional y sentimental. 

El tono de sinceridad hace que las escenas sean creíbles con un carácter sencillo y eminentemente teatral. La obra se deja ver bien, y eso no es poco dadas las particularidades que se dan a veces. Los diálogos rellenan minutos, pero la hondura progresiva maneja la naturalidad deseable y no dispara pregones en el amplio número de pasajes y cuadros escénicos de «Entre copas», salvo lo que se refiere a los elogios al vino por parte de las actrices Chusa Barbero y Elvira Cuadrupani. 

Ambas se suman a las situaciones y contribuyen al engranaje textual y de las incidencias en la adaptación de Garbi Losada (director) y José Antonio Vitoria a partir de la peli del mismo nombre, de 2004 y basada en la novela del estadounidense Rex Pickett, quien estuvo en el Principal de Alicante y saludó al concluir la representación de la compañía vasca Ados Teatroa, fundada en 1994 con intención de emocionar, divertir y exponer diversos estilos teatrales. 

La escenografía de Losada y Vitoria es funcional, sugerente y ligeramente cambiante sin dejar de ser la misma. Y los breves intermedios ostentan la melódica y entrañable música de Javier Asín. En síntesis, dos modelos en la búsqueda de la felicidad. Pensar o simplemente vivir. Se dice al finalizar la obra: «Vivir es seguir viviendo».