CRÍTICA TEATRO

Un terreno fértil en “Yerma”

Yerma

Yerma / Yerma

Marc Llorente

Marc Llorente

Yerma

TEATRE ARNICHES DE ALICANTE

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Adaptación y dirección: María Goiricelaya

Compañía: La Dramática Errante

Se presenta como una adaptación libre de la tragedia de ambiente rural de García Lorca. Un gancho mediático. Porque no toma la palabra del poeta y dramaturgo, y la autora y directora vasca María Goiricelaya ha realizado su propia obra a partir de la idea lorquiana de «Yerma», que así se titula también lo que hemos visto en la XXXI Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos.

Respecto al símbolo de la maternidad por parte de una mujer trastornada (siendo vivaz y noble) por no tener hijos, ya que el esposo ni quiere ni puede engendrarlos, podemos decir que el original es de 1934 y que los tiempos cambian en ciertas cuestiones. La Yerma de ayer no los tiene y se odia.

El instinto frente a la represión siempre vive, eso sí, y la pasión irrealizada empuja a esta mujer, que se siente marchita y como un terreno sin vegetación, a matar a su esposo, el único, según las convenciones de aquel tiempo, que podría darle descendencia. Grito desgarrador y convicciones morales que no le permiten tenerla con otro mientras Juan viva. ¿Moralidad?

Y aquí tenemos a la espléndida Ane Pikaza con su personaje de pintora y la intensa obsesión por ser madre. Aitor Borobia es el marido, un hombre de negocios sereno o impetuoso, o Loli Astoreca, Unai Izquierdo y Leire Orbe. Firme reparto y una pieza que obtuvo un Premio Max.

Las frustraciones y los vínculos afectivos dañados siguen existiendo, pero hoy la función de procrear no concita el mismo grado de interés. Depende. Ella pudo ser madre en una relación anterior con un sujeto que luego resulta ser gay. Por cierto, el papel de una actriz de otra obra de la Muestra rechaza acentuadamente el hecho de quedar embarazada y no se siente quizá menos mujer.

Asoma la posibilidad de la fecundación «in vitro» y se revisan conceptos de las páginas de Lorca con la vivacidad de un lenguaje actual al servicio de una dramaturgia abierta. El asunto se alarga y la obstinación cae en el exceso, hasta el delirio. El grupo La Dramática Errante pretende generar reflexión y nuevas poéticas teatrales. Pudo verse en el Arniches de Alicante.