EL TELEADICTO

Cortar por lo sano

Antonio Sempere

Antonio Sempere

Cortar los créditos del final de las películas es un hábito adquirido que todas las televisiones, también la pública y también La 2 que es la cadena que mima el cine, practican. La batalla está perdida y ya hemos clamado cien veces por que se respeten estos rótulos, que de paso nos dejarían escuchar la banda sonora de la película.

Pero lo que deseo plantear es algo que hasta la fecha nadie ha solicitado y que sostengo tiene su importancia porque pone en contexto cada uno de los títulos, en qué momento se estrenaron y distribuyeron. Me estoy refiriendo a que si no se respetan los créditos finales para evitar que los espectadores hagan zapping a otras cadenas, que al menos se emitan los segundos iniciales de las cabeceras de las películas, que tanta información nos suministran.

En el espacio Historia de nuestro cine serían imprescindibles. Nos aportarían datos muy jugosos. ¿Recuerdan los logotipos de Manuel Salvador, el primigenio de Filmax, los de Sogetel y Sogepaq, Vía Digital y tantos otros? ¿Por qué se nos priva en el inicio de la película de todos los organismos que han apoyado el filme, las televisiones autonómicas que han contribuido en su financiación, la propia televisión pública, los fondos europeos, y un sinfín de instituciones? Los programadores pueden pensar que la película no se inicia hasta que no entra en pantalla el primer fotograma o la primera secuencia, pero es completamente falso, al menos para el espectador formado que busca en programas especializados como Historia de nuestro cine o Versión española revisar una serie de títulos lo más contextualizados posibles dentro de la época en la que fueron rodados. Mantengo una mínima esperanza en que este ruego no caiga en saco roto.