Plan de paz para una economía de guerra

Un carro de combate del Ejército de Ucrania en los alrededores de Avdiivka, en la provincia de Donetsk, Ucrania.

Un carro de combate del Ejército de Ucrania en los alrededores de Avdiivka, en la provincia de Donetsk, Ucrania. / Europa Press/Contacto/Madeleine Kelly

Antonio Balibrea

Antonio Balibrea

Las guerras salen muy caras. El mayor coste sin duda es en vidas, pero los gastos económicos son también un factor fundamental para detenerlas. Aunque pueda resultar paradójico. Actualmente las dos guerras económicamente más caras son las de Ucrania y la ocupación israelí de Gaza. Lo son porque están involucrados directamente países más ricos. Por esa misma razón son las que más afectan a la economía mundial y entrañan un mayor peligro para la paz mundial. El gasto militar mundial creció el año pasado un 9% hasta alcanzar un récord de 2,2 billones de dólares, aumentando de forma notable la inseguridad global. La información procede del Informe 65º del Balance Militar del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS). La mitad corresponde a gastos de defensa de los Estados miembros de la OTAN. Según las previsiones del IESS este año se establecerá un nuevo récord.

En los meses que dura ya la guerra en Gaza la economía de Israel se ha contraído casi un 19,4% en el último trimestre; la movilización de los trescientos mil reservistas durante varios meses ha supuesto reducir el consumo en más del 25%; las importaciones en un 42%; y, mientras el gasto público ha subido en un 88%. Son datos oficiales del ministerio de Economía israelí lo que plantea un notable agujero financiero. Israel como estado militarizado, ha necesitado estar financiado por el presupuesto norteamericano desde su fundación, a pesar de su notable desarrollo tecnológico.

Se estima que Rusia ha perdido aproximadamente tres mil tanques desde que invadió Ucrania en febrero de 2022. El gasto militar de Putin aumentó casi un 30% el año pasado a medida que avanzaba la guerra y se estima que actualmente gasta aproximadamente el 7’5% de su PIB en el ejército. En total el gasto militar asciende a 108 mil millones de dólares, Porcentaje similar al que Estados Unidos dedicaba a defensa en la época de la Guerra Fría. Triplica el presupuesto de Ucrania, que ha podido reemplazar el equipo perdido con suministros de más calidad provistos por Estados Unidos y Europa. Según el IISS, sin contar Estados Unidos, el resto de miembros de la OTAN han aumentado colectivamente su gasto militar en un 32% desde 2014 fecha de la invasión de Crimea; diez estados miembros de la Unión Europea gastan ya el 2% de su PIB en defensa. Tanto Francia como Alemania han anunciado planes a largo plazo para impulsar el gasto militar, aunque Alemania sigue estando por debajo del 2%. España dedica el 1,26 del PIB a gastos de defensa. Estados Unidos representa la mayor parte del gasto en defensa de la OTAN. En la Conferencia de Seguridad de Berlín celebrada este mes el canciller alemán Olaf Scholz propuso aumentar la autonomía y producción armamentística y de defensa europea para poder respaldar al gobierno ucraniano.

El Senado de los Estados Unidos, liderado por los demócratas, aprobó un paquete de ayuda de unos 88.500 millones de euros (o 95.340 millones de dólares) para Ucrania, Israel y Taiwán. Ahora, la aprobación final del paquete que incluye, por exigencia republicana, medidas para frenar la inmigración en la frontera mexicana, pasará a la Cámara de Representantes, donde los republicanos tienen la mayoría. Trump pretende frenar la aprobación de las ayudas. Lo que obliga a la Unión Europea a respaldar más, y de manera urgente al gobierno ucraniano.

Tanto en Ucrania como en Israel, dada la situación económica, Estados Unidos tiene ahora más capacidad de presión para que acepten un alto el fuego. Al que deberá seguir un acuerdo de paz. En un conflicto donde hay potencias nucleares, nunca puede haber vencedores ni vencidos. Ucrania tendrá que aceptar un alto el fuego, aunque pierda al menos la península de Crimea, e Israel la solución de los dos estados.

El secretario de Estado norteamericano Anthony Blinken lleva media docena de giras por Oriente Medio al parecer, según la prensa norteamericana, planificando la Gaza de postguerra que incluye la creación de un Estado palestino con un cronograma firme para su implantación que se anunciaría pronto. La propuesta norteamericana ha sido pactada con Egipto, Jordania, Qatar, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, y “representantes palestinos”, establece “un camino práctico, irreversible y con plazos determinados hacia un Estado palestino que viva al lado de Israel en paz”, ha dicho Blinken. Incluye el final de la ocupación israelí de Cisjordania y el reconocimiento del Estado palestino por Estados Unidos al comienzo del proceso. Un plan de paz para una economía de guerra.

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