Opinión

Voces del metro

Archivo - Mando a distancia, televisión, televisor, TV

Archivo - Mando a distancia, televisión, televisor, TV / EUROPA PRESS - Archivo

Desde el verano pasado pude peinar todos los reportajes de Mi cámara y yo de Telemadrid, gracias a que Movistar tuvo a bien incluir la cadena en su menú en Alta Definición (por qué otras autonómicas no se ven en HD es un misterio). Los resultados han sido más que satisfactorios. He conocido de primera mano los lugares más insospechados, vetados a las gentes de a pie. Desde los secretos del suburbano, entrando en las entrañas del cuartel general del metro, hasta lo más alto de las nuevas torres de Madrid de la zona de Chamartín, incluida la planta 33 donde se celebra misa diaria.

He conocido las interioridades de los barrios ricos y pobres, el interior de los palacios y mansiones, la vida de los mercados y los mercadillos de calle, de El Rastro a Torrejón de Ardoz, he entrado en todo tipo de comercios con más de un siglo de historia, y viajado a las provincias limítrofes, a conocer sus parajes más pintorescos. He entrado en numerosas viviendas, en la Torre de Madrid, decenas de habitaciones de hotel, en corralas, buhardillas, pisos de 20 metros y chalets con parcelas gigantes. En cementerios y salas de fiesta. En negocios de toda índole. Acompañando a practicar deportes extremos. Visitando rincones secretos de los museos.

Pero si algo me emocionó fue conocer a las personas que ponen las voces del metro, el actor de doblaje Javier Dotú y la locutora de Radio Nacional Mª Jesús Álvarez. Porque están en nuestras vidas, y de qué manera. Las televisiones autonómicas se componen de la columna vertebral, los informativos, y el resto, donde hay que buscar con lupa las joyas escondidas.