Opinión

Optimizar las inversiones: conectar la Estación del AVE del Vinalopó con la A-31

La estación del AVE en Villena.

La estación del AVE en Villena. / Áxel Álvarez

El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, expresó su preocupación por la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado ante la imposibilidad política de aprobar unas cuentas para 2024. Le aseguro que mi preocupación en este tema es idéntica, pero tengo que añadir que me asusta tanto esta prórroga como la aprobación del presupuesto de 2024 de la Generalitat Valenciana, que recortó en casi un 20% las inversiones reales en la provincia de Alicante. Mazón tiene un temor, y por estas tierras tenemos dos: la duda de que nos afecte la prórroga del presupuesto del Estado y la certeza de unos presupuestos insuficientes del Consell. No, no se trata de abrir un círculo de declaraciones, sino de todo lo contrario, lo que pretendo es generar la paz con acciones. Y, sobre todo, responder con responsabilidad a lo que exige la ciudadanía, reclamar nuestras necesidades económicas y de generación de empleo y, sobre todo, ser muy exquisitos con el dinero que la ciudadanía aporta con su trabajo en forma de impuestos. Se trata, más allá de la política, de la optimización de las inversiones.

La construcción incomprendida de la Estación del AVE en el término de Villena se justifica por la necesidad de dar cobertura a todo el territorio de enorme potencial empresarial que necesita conectar con rapidez con Madrid y toda su área de influencia. Para ello, necesitamos una respuesta al bloqueo inútil que sólo resta competitividad a los millones de euros que invertimos en esta infraestructura, cuyo uso podría crecer de manera exponencial si acometiéramos de verdad la conexión con la autovía A-31. Porque la infrautilización de esta estación no tiene que ver por su ubicación, sino por su condición de inversión aislada. Sí, invito a cualquiera a verlo, y constatar que sigue sin tener conexión para ofrecer su uso a los municipios de las comarcas del Vinalopó, la Foia de Castalla, L’Alcoià, el altiplano de Murcia, la zona sur de las provincias de Albacete y el suroeste de la provincia de Valencia. En definitiva, de toda el área industrial que forma el clúster del calzado de Elda y alrededores, del potente tejido industrial del eje Ibi-Alcoi, la fortaleza de Yecla, o la conexión con la zona de influencia de Ontinyent, además de muchos municipios desde Almansa hacia el sur.

El Consell puso en su momento 100.000 euros en el presupuesto de la Generalitat para 2023 con el que dar los primeros pasos hacia la redacción de un proyecto de menos de tres kilómetros. Un diseño de presupuestos que realizó en su momento el presidente Puig y que se han volatilizado sin tener ninguna pista sobre su futuro más inmediato desde que gobierna Mazón. Pero, y al mismo tiempo, ya tenemos los proyectos e iniciativas del Gobierno de España, a través de ADIF, de construir un puente en uno de los extremos de nuestro polígono industrial de Bulilla que permita salvar el paso de la vía convencional y conectar la A-31 con el vial necesario para llegar a la Estación del AVE de Villena. A los hechos me remito, una administración borra el compromiso, y otra diseña la parte de la solución que le corresponde.

Las preocupaciones están bien, pero son inútiles cuando no vienen acompañadas de ocupaciones. Si queremos apostar por los territorios y por sus gentes, si queremos que las inversiones de dinero público tengan sentido, utilidad y una función concreta, debemos orillar las quejas y ponernos manos a la obra.

La Estación del AVE nos conecta con Madrid, pero nos aísla de localidades como, por ejemplo, Elda o Alcoi. Un verdadero sin sentido cuando la solución es fácil y barata. Si queremos poner solución, hagámoslo. Hay un fenómeno que tiene que ver con la descapitalización humana más allá de las áreas rurales, y que comienza a afectar a las ciudades medias. En estos momentos, Villena resiste gracias a las políticas de búsqueda de nuevos sectores industriales, a su posición estratégica, a las perspectivas que ofrecerá el Corredor Mediterráneo a través del futuro Puerto Seco – que sigue pendiente de una decisión del Consell y del Gobierno de España – y a un nuevo modelo de ciudad cultural, comercial y turística del interior. Pero es verdad que nos preocupan los presupuestos prorrogados, pero nos asuntan más aquellos aprobados por el Consell que no incluyen a Villena ni a su Estación del AVE. No podemos consentirnos perder el futuro por una actuación que no se hizo en su momento en el pasado. Prefiero ocuparme que preocuparme. Espero que el señor Mazón piense lo mismo.