Opinión

Las siete vidas de Donald

Trump sube de tono contra la migración hablando de "baño de sangre en la frontera de Biden".

Trump sube de tono contra la migración hablando de "baño de sangre en la frontera de Biden".

Gracias a las películas de Walt Disney del siglo pasado, el nombre de Donald se asocia en casi todo el mundo con el pato, gracias al famoso «pato Donald», pero en el caso del expresidente Trump, parece que su nombre se asociaría mejor con los gatos, un animal del que se dice que tiene siete vidas. Porque Trump parece capaz hasta ahora de sobrevivir cualquier ataque e incluso salir fortalecido en muchos casos. Y no solo eso, sino que sus rivales o enemigos resultan los grandes perdedores, ya sean rivales políticos, o funcionarios que tratan de perseguirlo ante los tribunales. 

Hay incluso quienes se preguntan si tiene una dieta especial o un tratamiento rejuvenecedor secreto, porque a pesar de las situaciones difíciles en que se encuentra, siempre parece lleno de energías y tan solo excepcionalmente comete errores o tiene algún lapso durante sus discursos.

Ha vuelto a dar muestra de su capacidad de sobrevivir y esquivarse a todos los intentos de acabar con sus aspiraciones políticas, con su fortuna personal y hasta con su libertad: a pesar de enfrentarse a más de 90 cargos para incautar sus bienes o meterlo en la cárcel, no solamente consigue por ahora escabullirse y sobrevivir, sino que su fortuna personal ha dado un salto tan importante que ha entrado en el círculo de las 500 personas más ricas del mundo, pues ha lanzado a la bolsa una nueva empresa que algunos -especialmente él- valoran en más de 3.500 millones de euros. Con esto, su fortuna personal se calcula en unos siete mil millones de dólares.

Aunque muchos advirtieron que la valoración de esta recién creada empresa «Truth Social», que es como Facebook o X desde un enfoque conservador, en sus dos primeros días las acciones subieron en las bolsas sin que nadie sepa de momento si a consecuencia del apoyo que quieren darle sus seguidores políticos, es fruto de la novedad o realmente tiene tan buenas expectativas como parece creer Trump. 

Como corresponde a la personalidad de Trump, el símbolo bursátil de la nueva empresa, en la que él tiene el  60 % de las acciones, es DJT, es decir, sus iniciales.

Este lunes, la víspera de entrar en el círculo mundial de super millonarios, Trump parecía correr el peligro de perder una buena parte de sus propiedades más emblemáticas en Nueva York: la famosa Torre Trump, que fue su residencia hasta hace poco y desde donde anunció su candidatura presidencial en 2015, así como otras propiedades inmobiliarias. La fiscal general del estado, Leticia Jones, cumplió así con su promesa electoral de perseguir a Trump y herirlo donde más le podía doler, es decir, la fortuna de la que tanto presume, y que le permite financiar sus campañas políticas.

El método elegido por Jones era una grave amenaza para el imperio inmobiliario de Trump: le acusó de haber inflado el valor de sus propiedades, lo que habría de perjudicar la imagen de poderío económico que Trump siempre ha querido dar, pero sobre todo pidió una fianza que Trump no podía pagar: nada menos que 400 millones de euros, que Trump había de presentar el lunes 25 de marzo y que no pudo conseguir de ningún banco ni institución financiera.

La fortuna de Trump consiste principalmente en bienes inmuebles, que difícilmente pueden convertirse en metálico en cuestión de pocas semanas, a no ser que los vendiera apresuradamente a bajo precio. Jones no ocultó su satisfacción ante lo que le parecía inminente: tomar posesión de los edificios emblemáticos de Trump, comenzar así a deshacer su imperio económico y, con ello, sus aspiraciones presidenciales, al paso que ella se convertía en héroe de una ciudad que vota casi en un 90 % por candidatos demócratas.

Jones pudo convencer a un juez de su mismo partido para condenar a Trump, pero no consiguió lo mismo ante el tribunal de apelaciones que, sin explicar sus motivos, decidió que la fianza era excesiva, la redujo en un   60 % y además dio al magnate financiero diez días más para conseguir los fondos, algo que Trump aceptó de inmediato.

La decisión se anunció cuando faltaban pocas horas para incautar los inmuebles y el expresidente apareció con sus energías habituales, pletórico, en una rueda de prensa en la que no perdió oportunidad para criticar a sus rivales con el vigor de costumbre.

No hay duda de que la satisfacción le dio ánimos, pero a sus casi 78 años, es tan solo 3 y medio más joven que el presidente Biden, cuyo mayor problema para ser reelegido es su evidente senilidad, con los correspondientes lapsus de memoria y constantes equivocaciones en comentarios y discursos en cuanto deja de leer el texto preparado. Y las encuestas dan más ánimos a Trump, que en uno de los últimos sondeos lleva 5 puntos de ventaja a Biden, tanto en una hipotética carrera entre cinco candidatos, como en el más probable de un duelo tradicional entre republicanos y demócratas.