Opinión

Miguel Valor i Peiró o del valor de la política y de la cultura

Miguel Valor

Miguel Valor / PILAR CORTÉS

Miguel Valor i Peiró nació en Alcoi en 1945 y falleció en Alicante el 11 de febrero de 2024. A los 30 años entró en política, en UCD, y, en 1983, se incorpora al PP. Con ese partido, fue diputado de Cultura entre 1983 y 1991 y entre 1995 y 2007, y concejal de Cultura desde 2007 hasta 2014. Desde enero a junio de 2015 fue alcalde de Alicante, tras lo cual fue retirándose poco a poco de la primera línea política. 

La primera vez que oí hablar muy bien de Miguel Valor, y me convenció, fue a mi amigo Jorge Soler Díaz, actual director del Mubag, un hombre que conoce muy bien los entresijos de la Diputación Provincial y las personas que actúan en ella. Pues bien, de la larga y densa trayectoria de Miguel quisiera centrarme en esta reseña de profundo respeto por su trabajo, en dos aspectos que creo, sinceramente, constituyen su legado, del que todos podemos aprender y apreciar en su justa medida. Estos dos asuntos, hondamente interrelacionados, remiten, uno, a un alcance político más general y, el otro, a la política cultural.

En un tiempo como este de intensa polarización política, de escasa consideración del diálogo y de la verdad y de destrucción implacable del adversario, veo necesario resaltar que Miguel Valor fue un hombre que recibía y hablaba con todo el mundo, sin importarle su adscripción ideológica y destacando, ante todo, el posible interés que, desde su óptica, podían tener las propuestas que se le presentaban para la cultura local. Por lo que a mí respecta, estuvimos en contacto en relación con la cultura en diversas ocasiones. En los últimos años, cuando ya no salía prácticamente de casa, le informaba por wasap (hasta el 15 de diciembre del 2023) acerca de las distintas actividades culturales -exposiciones, libros…- que yo iba organizando o lo felicitaba por las fiestas. En una de nuestras conversaciones, del 19 de diciembre del 2021, le escribí lo siguiente: "Ayer mismo hablé de ti a unos amigos alcoyanos artistas. Indiqué que a ti se debe, en un gran protagonismo, la creación de las mejores infraestructuras culturales de Alicante". 

Es en este último aspecto en el que quisiera sobresaltar la segunda herencia que nos ha dejado Miguel Valor, el de la generación de las infraestructuras culturales de Alicante, algo de extraordinaria importancia para mí y para todos aquellos que consideramos la cultura como algo esencial en la vida y como una política de Estado que compete a todos los partidos políticos y a todas las instituciones. Y es que, primero como diputado de Cultura, y, segundo, como concejal de Cultura, Miguel Valor ha estado detrás, ha impulsado y ha ayudado a crear, restaurar o actualizar las mejores infraestructuras culturales de Alicante: el MARQ, el Yacimiento de Lucentum, el Mubag, el ADDA, el MACA y las Cigarreras. ¿Se imaginan qué sería culturalmente la ciudad sin ellas?

Por tanto, no podía dejar de escribir algo acerca de una de las personas más importantes que, en relación a la cultura, ha tenido la ciudad (recuerdo también, con cariño, a José Antonio Martínez Bernicola). Quería hacerlo con admiración, y también con un sentido de la justicia, resaltando el importante rol que las personas -y el caso de Miguel Valor lo pone claramente de manifiesto- tienen para la elevación de la política como un imprescindible bien común (algo que el otro día, precisamente, me resaltaba su hijo Miguel). Sin olvidar que toda política es también cultura, entendida como respeto, empatía, encuentro con el diferente y, en suma, como construcción de una sociedad mejor.