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El presidente francés, Emmanuel Macron.

El presidente francés, Emmanuel Macron. / EFE

Marion Maréchal, nieta de Jean-Marie Le Pen, traicionó a su tía y se echó en brazos de Eric Zemmour, otro que tal baila. Tras las europeas los líderes de las formaciones han empezado a negociar para presentarse en coalición a las elecciones francesas con idea de cargarse a Macron para los restos. La sobrina también debe andar expectante ante el acercamiento del jefe a Marine. Es posible que ahora se incline por restaurar la dinastía.

Nuestra hija, que reside en las inmediaciones de Montauban con el padre de los gemelos nativo de la zona, se viene para acá con toda la «troupe». Al contárselo a algunos conocidos cuestionan que lo tuvieran previsto. La abuela de Edouard, que habló poco, muy poco la mujer durante toda su vida según he escuchado, se estableció en el contorno huyendo de Alemania, no hace falta decir de quiénes. Los mismos a los que veneran en el segundo partido más votado en esta ocasión hasta el extremo de solemnizar el cabeza de lista en su día que «no todos los miembros de las SS nazis eran criminales» lo que provocó que Salvini y la reina de Francia pusieran distancia. Pero AfD ha dejado atrás a los socialdemócratas y siguen escalando posiciones. No descartemos que Netanyahu lo utilice en su sangrienta cruzada.

El caso es que hay hueco para ultras por todos lados. Proliferan que da gusto. Feijóo se ha comido toda la tarta que quedaba de Ciudadanos tras haber culminado su obra de manera antológica el dúo Rivera&Arrimadas y continuadores mártires. Sin embargo aquel que vino a robustecer el pepé desde Galicia tras el aniquilamiento de su anterior presidente no solo no puede con Sánchez, sino que le ha inspirado hasta tal extremo de convertirse en escribidor de cartas con una turra difícil de digerir. Y para completar el cuadro, Abascal no mengua pese a la irrupción de competidores. Por cierto que el último, al que han votado 800.000 españolitos, es de la tierra del abuelo de los gemelos. De continuar el mapa con estas trazas, cualquiera sabe dónde se refugiarán los nietos.